Divorcios y separaciones, rupturas, amores de hola y adiós, infidelidad masiva, príncipes y princesas que devienen en horrorosos sapos y como consecuencia…muchos singles y muchas «singlas»…¿qué ha pasado con el amor? ¿se nos ha puesto malito? ¿ya no existe?
El amor sigue siendo como siempre ha sido. Sin embargo cada época arrastra sus patologías emocionales que confundimos con amor.
Antiguamente teníamos a una humanidad dividida en proveedores y dependientes de dichos proveedores. Es decir, un mundo de padres e hijas donde los primeros alimentaban a mujer y prole y las segundas se cuestionaban su papel en el mundo una vez que los hijos se hacían mayores y se marchaban. Encontrándose, una vez pasado el ajetreo de la jubilación de uno y de la emancipación de otros, dos personas que habían estado toda una vida dedicadas a otras cosas y de pronto se veían con la mision vital de dedicarse el uno al otro.
Desde entonces, han cambiado las cosas. Ahora que tanto el hombre como la mujer dejan la cueva para ir a cazar jabalíes, nos toca asumir que cada uno debe responsabilizarse de lo suyo y de lo que le toca y que el camino hoy día pasa por un individualismo -eso sí- sano.
Pero seguimos con la misma pregunta. ¿Cuál es el origen del boom del desamor que vende autoayuda como si fuese maná del cielo y que llena de desconsuelos las páginas de consultas psicológicas, los foros de internet y las orejas de muchos y muy sufridos amigos?
Podrían hablarse de muchas teorías, pero la mía es muy reducida y muy clara. La patología del amor moderno no es otra que el miedo a sufrir, lo que da lugar a las dos grandes tendencias actuales en las relaciones románticas: el materialismo y la dependencia emocional.
El materialismo engloba a personas vacías que acumulan bienes, en lugar de acumular verdaderas experiencias y emociones. Estas personas interaccionan con las demás con una dinámica parecida a la de los teléfonos móviles. El que tengo ahora está bien, pero estoy esperando a la próxima versión. Esto aplica a la trampa del amor ideal. Nunca habrá un amor definitivo al igual que nunca última versión insuperable. El mecanismo lleva a la insatisfacción crónica, a una búsqueda contratiempo cada vez más ansiosa que paradójicamente aleja cada vez más del objetivo final, de la cosa -lo que sea – rotunda, eterna e inamovible que elimine la necesidad y colme el vacío.
Hay malas noticias para el materialista. Las personas por algún designio divino, hemos sido diseñadas para sentir. Quien renuncie a las emociones y pretenda intercambiarlas por las excitaciones efímeras que produce el consumo de teléfonos móviles, coches de última gama o personas a las que sólo se valora por sus bienes o por su físico, no extirpará sus emociones de su humanidad. Todas aparecerán, tarde o temprano. Se ha probado sin excepciones que las emociones reprimidas desembocan en neurosis y las neurosis son, entre otras cosas más complejas, aquello de lo que se sirven las emociones enjauladas para implosionar en forma de enfermedades.
La otra gran patología del amor, la dependencia emocional, no dista demasiado del materialismo. Son personas que no saben estar solas, que también tienen vacíos y que en su caso los llenan con seres humanos en lugar de objetos. Existen dependientes adoradores, que están convencidos de que su pareja es el amor ideal y ellos han sido creados simplemente para existir como satélites en torno al planeta Novi@.
La contrapartida es el dependiente independentista. Dícese de aquella persona igualmente vacua que el dependiente, pero con un comportamiento opuesto. Trata de la persona que se sitúa en la posición de poder, del que valida la flaca autoestima de su compañero o compañera. La actitud externa del independentista es la de la persona que puede vivir a la perfección sin el dependiente: pero curiosamente es incapaz de soltarle del todo. Pues si la autoestima del adorador depende de la aprobación del dominante, la del dominante depende completamente de la adoración de su contraparte. Dos caras de una misma moneda.
En El arte de amar Erich Fromm habla de este tipo de relaciones como una relación simbiótica, o un egotismo ampliado. Dos personas que quieren algo de la otra, en exclusiva, para su propio provecho y que se utilizan: y lo llaman amor.
Ambas formas de mal llamado amor son enfermedades cuyos inicios tienen tanto que ver con la sociedad como con la educación recibida.
En líneas generales, los hombres y mujeres de las sociedades occidentales somos niños mimados, caprichosos, sobrealimentados, bien criados y formados social y emocionalmente para consumir, aburrirnos y consumir más.
Somos adultos que cuando sufrimos, tomamos una pastillita, cuando nos aburrimos, nos compramos una gilipollez, cuando falla el amor, o nos aferramos desesperadamente a algo que no funciona o nos buscamos rápido otro nuevo amor.
La premisa es vive rápido, compra mucho y evita el dolor.
El antídoto es exactamente lo contrario: vive despacio, ten pocas cosas y enfrenta al dolor cuando éste se presente para recordarte porque y para qué vives.
Entonces y no antes, aprenderemos a amar.
Hola Cristina, me gusta mucho tu blog pero a veces creo que tratas con bastante ligereza el tema de las «pastillas». No en todos los casos se toma la medicación para no sufrir, sino para poder seguir viviendo, como en el caso de una depresión.
Gracias
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Hola Musi,
Por la naturaleza de mis escritos, me es imposible aludir a cada posible excepción que pueda existir en este y otro tema. Evidentemente no es lo mismo un trastorno depresivo mayor, que un estado de bajón por un contratiempo (en este artículo en concreto hablo del desamor, que de por sí no es, ni un trastorno, ni una enfermedad).
Abrazos
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Este artículo aunque parece que no tiene muchos comentarios es absolutamente magistral.
Buenos días Cristina, te sigo mucho me encanta tu blog, gracias.
Desde hace ocho años mantengo una relación en la que mi pareja, por llamarle así, ha sido siempre muy evasivo, no conoce a mis amigos, casi nada a mi familia, no me incluye apenas en su vida social.. Solemos hablar un par de veces por teléfono, algún WhatsApp, comentamos cosas, y cada quince o veinte días estamos un día en mi casa aprovechando que se va mi hijo con su padre. Desde hace tres años compartimos una semana de vacaciones porque le puse un ultimátum. Porque él buscaba hasta debajo de las piedras para irse con algún amigo en vez de con nosotros… Hemos estado varias veces separados hasta una vez un año y medio…
Siempre volvemos por su insistencia, porque es separarme yo y entrarle una angustia y una desesperación que no es ni medio normal.
Y es lo que a mi he hacia pensar que me quería a pesar de todo lo demás… Lo que me confundía y me confunde porque hace dos semanas que lo he vuelto a dejar y ya se ha presentado tres veces a jurarme su amor, cambia como de la noche al día, de ser independiente pasota despegado y evasivo a ser un niño destrozado que no puede vivir sin mi, me echa de menos ect…
Yo sé que lo mio tampoco es normal, aguantar todo esto, pero además de quererlo, él es muy amable y respetuoso, no es que sea tajante, es evasivo, excusas, subterfugios, nunca discusiones fuertes ni movidas, es como un no hacer, no sé explicarlo bien..
Yo ya quiero, si vuelvo a estar con alguien, que sea de verdad que le pueda llamar mi pareja, que no sea un fantasma.
Me gustaría entender porque alguien puede necesitar tanto y amar tan poco. Como puede ser esto, porque es lo que me ha tenido perdida tanto tiempo y como puedo ser suficientemente fuerte para no caer otra vez en las milongas de siempre para volver porque aunque parezca evidente, luego vuelvo a caer en sus mil promesas y súplicas de otra oportunidad. He pedido un tiempo porque no me siento fuerte aún para terminar, mira si me cuesta enfrentarme a él y el me dice que lo tenga en stand by el tiempo que haga falta, que no tome la decisión, que él espera que no le importa esperar lo que sea necesario. Yo es que no lo puedo entender.
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Hola Nuria,
El patrón de las personas como tu pareja lo describí hace unos meses aquí: https://locosdeamor.org/2021/01/14/la-pareja-pasivo-agresiva/
Efectivamente, estás con un pasivo agresivo de manual, una persona con un patrón de conducta altamente disfuncional y dañino. Alguien que te agrede, pero de forma disimulada.
Estás personas están muy dañadas y probablemente vienen de familias y entornos donde se ha normalizado este tipo de agresión silenciosa, con lo cual ellos no son conscientes de que su actitud no es adecuada, aunque tampoco son felices así.
Él no va a cambiar a tu lado. Quizás tenga oportunidad de hacerlo cuando ya no estés, aunque estos patrones tienden a ser rígidos y poco evolutivos.
Por explicártelo de una manera clara y resumida, él lo que necesita es una pareja no para amarla, sino para huir de ella. Cuando huye, se activa su miedo al abandono y vuelve. No aman, pero son muy dependientes.
El resultado para ti en 8 años es haber integrado el patrón en tu sistema emocional, lo cual es altamente tóxico para ti y tu salud.
El motivo por el que nos enganchamos a estas historias es una carencia nuestra. Normalmente de la figura del padre. Repetimos modelos de relación en los que la mujer adopta un perfil de entrega mientras el hombre huye de la intimidad.
Estás en un punto de consciencia en el que ya ves lo que hay, pero tu propia inercia y miedo a cambiar te retienen allí.
Yo te aconsejaría aprovechar ese tiempo que has pedido para cortar todo contacto con él. No me molestaría en darle grandes explicaciones. En lo personal, contarte que yo salí con una persona así durante unos meses. No fue mucho tiempo, pero me quedé muy tocada. Quería estar conmigo y al tiempo, huía y saboteaba la relación por todos los medios posibles. Coqueteaba con otras personas, hacia planes a su aire y no me contaba nada, estábamos disfrutando de un momento íntimo y soltaba algún comentario despectivo, cuando yo me cansaba y me quería ir me manipulaba desde la necesidad y la pena….En fin, que te voy a contar que no hayas podido vivir en 8 años.
Al final acabé por dejarlo y bloquearlo del todo, ya que no me sentía capaz de alejarme si él me buscaba y me hablaba. Esto mismo te recomiendo. Ya que aún eres muy vulnerable a la manipulación con la que él se maneja, tu mejor opción es no tener ningún contacto. Estás intentando dejar una droga, no te metas dos rayas todos los días.
No es amor lo que vives. Es una adicción emocional y te está haciendo mucho daño. Ni te ama, ni le amas, porque si fuera amor, no existirían estás dinámicas. Ten cuidado con exponerte a su victimismo y a sus declaraciones de amor, porque es todo mentira. Estás personas no temen perderte, temen en abandono, forma parte del patrón. Si ahora mismo hubiera otra mujer que cumpliese la misma función, te sustituirían sin pestañear. Te ve como una proveedora, no como una pareja. Esto es duro, pero es la verdad. Estas personas, al bloquear sus propias emociones, no pueden vernos, no tienen esa empatía y por tanto, no es posible conectar con ellos.
Prioriza tu bienestar al máximo: no eres responsable de esa persona y puede vivir perfectamente sin ti (buscará enseguida a alguien más o tendrá la crisis que realmente necesita para avanzar). Piensa en la vida maravillosa, tranquila y disfrutable que te estás perdiendo a causa de esta adicción y también repara en que toro esto te quita atención, energía y ganas de estar con las personas que realmente quieres y te quieren, como tu hijo. No merecen perderse tu valía y energía porque estaba dedicadas a satisfacer el pozo sin fondo de un personaje egocéntrico y narcisista
Abrazos y ánimo.
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Es increíble con que meridiana claridad percibes estos temas. Gracias por responder y tan rápido, te lo agradezco de verdad.
Todo lo que dices es cierto y también que estoy en esa etapa mental que veo las cosas como son, y que estoy en riesgo de que me vuelva a comer el coco por eso no le dejo hablarme, salvo los tres intentos que ha hecho y he cortado rápido, sé que de momento no lo va a intentar, es inteligente y sabe esperar. Me cuidare.
No sabía en qué patrón encajaba, había muchos en los que le veía reflejado, también en el narcisismo, se cree superior y como de cierta élite intelectual… Gracias por compartir tu experiencia personal, creía que de tan raro esto no le pasaba a nadie.
También tienes razón en lo de mi padre, acaba de morir y no puedo perdonarle la infancia que nos dio.
Por ello mi hijo siempre ha sido lo primero para mi y siempre ha estado al margen, en ese aspecto me he mantenido bien, aparte que estoy rodeada de maravillosos amigos y hermanos.
Ahora que sé que camino he de seguir y entiendo mejor todo procuraré seguir tu consejo, eres una persona con un don, seguro que muchos más, pero en el tema de la psique humana lo clavas.
Nuevamente gracias.
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