¿Qué es el vacío? Sólo quien lo haya sentido puede describirlo. Y cada uno lo percibe a su manera.
Una dura presión en el pecho, una ligera o profunda sensación de ahogo; un terror inconmensurable, un lento avanzar de una niebla profunda en el alma que no deja hueco para la luz, la felicidad o la alegría…un súbito hueco de algo que antes estaba y ahora no está.
En la literatura, el vacío ha tomado diversos nombres. Los dementores de Harry Potter, esas criaturas pavorosas que absorbían todo lo bueno y dejaban tras de sí una cáscara hueca; los espectros del anillo en las obras de Tolkien; la implacable Nada de «La historia interminable». El vacío es aquella sensación omnipotente de la que se huye desde que se nace hasta que se muere, llenándonos de sensaciones, objetos y relaciones efímeros, apegándonos a lo que en su naturaleza está destinado a cambiar, transformarse, desaparecer.
El vacío es lo que más nos aterroriza cuando se acaba una relación. Pues mientras éramos de otros, no éramos nosotros. Cuando estos se marchan, o nos dejan, o los dejamos, regresamos a ese estado de suspensión angustiante donde nos quedamos en el umbral de conocernos a nosotros mismos.
Una nueva relación, o una huida hacia adelante, nos evita cruzar una vez más, el umbral. Entonces suspiramos de alivio: la nada ha sido evadida de nuevo. El enemigo repliega sus tropas, baja sus armas, nos ofrece una tregua y sin embargo, no se retira del todo. Aguarda hasta una nueva oportunidad para volver a situarnos en su umbral y mirar cara a cara la negrura temible que no espera.
¿Y qué sucedería si dejásemos de resistirnos? ¿Si no huyésemos?
Caer en el vacío, intensamente, sin placebos ni placeres instantáneos.
Completamente solos.
En el vacío, descubrimos que sólo estamos nosotros. Es como una habitación acolchada donde se agrupan todas nuestras neuras, pensamientos obsesivos, traumas, dolores del pasado, miedos del presente. Todo ese mundo oscuro que lleva desde tiempos inmemoriales siendo parte de nosotros y que hemos separado del lado «bueno» con un muro de Berlín emocional en el que conviven, sin mirarse, los dolores y las alegrías.
Caer en el vacío es mucho menos terrible que el miedo al vacío. Supone liberarse de cadenas, ir despegándose poco a poco de las necesidades. A solas con nosotros mismos, sólo hay una cara a la que mirar frente a frente: la nuestra.
Una pareja que se va no debería enfrentarnos a una tan drástica sensación de insuficiencia. El terrible vacío sólo ocurre en caso de que ya existiese antes. Una persona plena, con objetivos, compromisos, valores firmes y una meta de vida personal, no cae en la nada porque se haya dejado con una pareja. Pues su mundo no giraba en torno a esa pareja, dado que ya había creado anteriormente su propia sustancia.
Habrá un momento en la vida en el que ya no habrá más treguas, no importa cuánto tiempo huyamos. Y ese momento en que caemos al vacío sin paracaídas, en el que por fin dejamos de luchar, es el primer escalón hacia la felicidad. ¿Quién dijo que era fácil?
Derribar las apariencias, renunciar a parecer y conquistar el propio ser. Sin ello, no somos más que marionetas en manos de otros, o de la sociedad, o de los amantes, o de los amigos. Conquistar el vacío significa cortar las cuerdas y asumir el vértigo de la verdadera libertad.
Estoy fascinada con lo que he leído, y agregaría que cuando llegamos a ese umbral de conocernos a nosotros mismo, es lo mas maravilloso que nos puede suceder
Me gustaMe gusta
Ay, y cómo se hace?
Me gustaMe gusta
Gran tema … el vacio siempre ha estado ahí, al acecho. Últimante he descubiero que tengo miedo a estar sola o a la soledad en si… y quizás no sea tan terrible. En nombre de ese miedo he acceptado muchas cosas y ahora estoy perdida, ya no sé qué es lo que quiero o si lo sé ,pero seguramente me quedaría sola porque si miras bien.. cuántos amigos se pueden considerar como tales?
Me gustaMe gusta
Después de charlar conmigo largo y tendido, y luego contigo 3 horas reveladoras (gracias por esas preguntas que dejaste ahí, en el aire) y conmigo nuevamente, creo que ha llegado mi hora de saltar.
Tengo miedo, no acompañan las circunstancias y así paraliza mucho más, pero es precisamente el miedo lo que me ha hecho a veces inflexible, intolerante, posesivo, dependiente, radical, poco empático, y también lo que me ha traído consecuencias tan dolorosas.
Así que, llegada la hora del salto con el acojone en la mochila en lugar de un paracaídas no me vendría mal un pequeño empujón en forma de comentario.
Cristina, gracias anticipadas.
Me gustaMe gusta
Hola curando,
He visto algunas personas tomar el valiente camino que tú has decidido escoger y sólo te puedo decir una cosa: ninguna se ha arrepentido.
Vas a tener un miedo que te cagas, vas a sentirte muy solo, vas a tener tentaciones de volver a lo que ya conoces, vas a tener momentos duros…y todo esto pasará.
Al mismo tiempo, irás soltando el pasado, te irás despreocupando cada vez más del futuro: experimentará una manera de sentir y vivir diferente a la que conocías antes. No super diferente, no la releche, simplemente algo más sutil, como si pudieses apreciar una serie de matices que antes no veías.
A medida que vayas tú cambiando, cambiará también tu percepción del mundo que te rodea. Muchas cosas perderán importancia y las verás desde lejos. Otras cosas se volverán más cercanas e importantes.
Todo esto es un poco más general, luego cada proceso es algo indescriptible en sí mismo, pues en cada persona cambia.
Enhorabuena por tu determinación!! Y buen viaje!
Me gustaMe gusta
Hola Cristina! Cuanto tiempo puede durar la «estadia» en el vacío? Porque yo me zambulli de lleno hace como 7 meses y, si bien me es mucho más llevadero que al principio, todavía siento estar ahí y con angustia. Se supera todo esto? Que se puede hacer mientras estamos ahí?
Me gustaMe gusta
Hola Anónimo,
Normalmente ese vacío se va llenando cuando empiezas a construir cosas (véase aficiones, intereses, metas, proyectos)…Es decir, en el vacío hay que sembrar el amor por lo que se vive y por lo que se hace. De todos modos es muy buena señal que cada vez tus estancias allí sean menos duraderas, esto indica que poco a poco se van llenando…Ahora que empezamos otoño, es un buen momento para revisar tu proceso actual y ver qué puede mejorarlo.
Abrazos
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu respuesta Cristina!!! Si, empecé este proceso con esa idea en la cabeza (gracias a tus artículos y consejos), con proyectos y recuperando viejas aficiones, pero se ve que en el camino perdí un poco el rumbo… Y esta respuesta tuya me lo vuelve a recordar! Por eso, muchas gracias!
Ahh yo soy de Argentina, así que arranqué la primavera! Mejor todavía… A florecer!! Jeje
Besotes!
Me gustaMe gusta