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Critica todo lo que haces, trata de controlarte y cuando no consigue lo que quiere, recurre a la culpabilidad. El diálogo siempre es confuso y te sientes como en una constante guerra de guerrillas en las que tienes todas las de perder ¿Cómo actuar en una relación en la que la asertividad brilla por su ausencia?

Las características de la pareja manipuladora son:

No utiliza el lenguaje directo. Su forma de comunicarse es opaca, difusa, poco definida y carente de autenticidad. ¿Su leiv motif? No sé.

– Para lograr un objetivo, utiliza el chantaje emocional, el llanto, la amenaza, los berrinches, el victimismo o la insistencia excesiva e irracional. No vas a encontrar a nadie mejor que yo. Si me dejas me mato. ¡Mira lo que me estás haciendo!.

– Sólo sus deseos cuentan. Si estos promueven consecuencias negativas en su pareja o en su entorno…el fin justifica los medios.

– Lo consigue todo a través de los demás. No sabe procurarse nada por sí mismo. Si me quisieras de verdad, harías esto por mí…

– Si alguien pone de manifiesto sus fallos, se autojustifica, pero no se responsabiliza ni desde luego se compromente de forma real a un cambio. Es que me hicieron esto o lo otro, es que estoy pasando una mala racha…

– Practica la crítica solapada para enviar mensajes indirectos. Qué patético es que una persona de esa edad haga esto o lo otro…

– Siempre está cobrando deudas imaginarias. Con todo lo que yo he hecho por ti…

– Si algo sale mal, es culpa del otro. Si no hubieras hecho tal cosa o tal otra…

Salvo raras excepciones, todas las personas hemos manipulado o manipulamos en diversas ocasiones. El verdadero problema sobreviene cuando esto se convierte en la única manera que tenemos de interactuar con el mundo que nos rodea.

¿Por qué manipulamos? El comportamiento manipulador es propio de personas incapaces de superar la etapa infantil. Cuando somos niños y aun carecemos de los recursos para desarrollar una comunicación asertiva y directa, utilizamos tácticas como el berrinche o el llanto para conseguir lo que anhelamos, ya sea un juguete, una chuchería o mayor atención de los adultos. La pareja manipuladora suele ser la consecuencia adulta de un niño al que nunca se le permitió frustrarse y por tanto, crecer. También es una conducta aprendida, cuando los padres o figuras principales no fueron asertivos, ni con el niño, ni entre ellos.

La pareja manipuladora rara vez interpone soluciones reales a conflictos: funciona a base de poner parches. No es capaz de actuar en términos de igualdad: o domina o le dominan. El manipulador no quiere una pareja: quiere un rehén.

¿Cómo lidiar con una pareja manipuladora y poner las bases para una comunicación más sana?

– Practica la asertividad: no aceptes otra vía de comunicación que no sea clara, directa, razonable y adulta. Si identificas las tácticas manipuladoras, verbalízalas. ¿Por qué criticas mis aficiones y a mis amigos? ¿Qué quieres conseguir?

– Pon límites: no des espacio a escenas manipuladoras. Deja claro que estas actitudes te crean malestar y que no estás dispuesto/a a quedarte ahí para aguantarlas. ¿Tienes un berrinche? Pues yo me voy y cuando quieras negociar en términos asertivos, me avisas.

– Conócete muy bien: ¿por qué te dejas manipular?. Sé consciente de tus fuerzas y de tus debilidades. Localiza la parte de ti que se siente responsable/culpable/dependiente/temerosa cuando tu pareja te manipula.

– Amar no significa adoptar: como decía Sartre, el hombre nace libre, responsable y sin excusas. No fuiste creado para convertirte en muleta de un adulto que se niega a crecer. Cuanto más responsable te sientas de su vida, más vulnerable serás a la manipulación. Cada persona ha de hacerse cargo de sus metas, de su salud y de su felicidad. La pareja está para aportar cariño, apoyo, amor y aprendizaje, no para solucionar la vida del otro.

– No le des crédito: tu concepto sobre tí mismo ha de provenir de tus propias reflexiones, percepciones y juicios personales, no de las opiniones y necesidades de los demás.

Mantén tu independencia: el objetivo de la manipulación es el control. Mantén tus aficiones, tus pasiones y tus sueños, no dejes que otros te impongan los suyos.

CONCLUSIÓN

Que quede claro. La manipulación sólo tiene glamour en las intrigas cortesanas de Juego de Tronos. En la vida real, las relaciones basadas en estos comportamientos son luchas de poder constantes que acaban por desgastar y causar infelicidad a ambos miembros de la pareja y que no dan cabida al amor, a la confianza o al respeto por la libertad del otro.

¿Te sientes manipulado? No deposites tu bienestar en manos de un futuro cambio que desconoces si llegará jamás. Si deseas conservar tu relación, has de empezar por aceptar que estás con una persona que funciona de esta manera y de ti sólo depende encararlo con una actitud u otra. No idealices, no te construyas expectativas en torno a alguien que en el presente, no existe. O amas a la persona tal y como es, o terminas una relación que sólo te trae quebraderos de cabeza.