pedir un tiempo

Salvo escasas excepciones, pedir un tiempo significa terminar una relación. Y en la mayoría de los casos detrás de esos tiempos existe una tercera persona o como mínimo, la intención de encontrarla tan pronto como sea posible mientras se mantiene a la pareja en el banquillo. Estoy confundido, me siento agobiado/a, necesito saber si te echo de menos...¿Te suena?

 A día de hoy y a menos que se demuestre lo contrario, los problemas se resuelven enfrentándolos, no dejando pasar los días a ver si cae una iluminación divina que de repente resuelva todas las dudas. O míralo de esta manera: ¿cuando quieres luchar por alguien o algo, dejas pasar el tiempo?

A menos que ese tiempo esté justificado por un suceso verdaderamente grave (un infidelidad, la muerte de un ser querido, un largo periodo de constantes conflictos o sobrevivir a un tsunami), suele ser el preludio diplomático de una ruptura definitiva. Depresión, crisis existencial, dudas, agobio…da igual la excusa que se utilice. Si ese tiempo consiste en separarse de la pareja, el problema se origina precisamente en la pareja.

Pedir tiempo con la esperanza de que suceda algo indeterminado que haga que quieras retomar una relación de la que estás huyendo, es algo así como hacerle el boca a boca a un cádaver. O no resucita nunca o regresa en versión zombie.

Si estás en esta situación, tienes dos opciones: la primera, dar ese tiempo llenándote de incertidumbre o la segunda, pedir sinceridad al otro. Si te quiere, que sea consecuente e intente arreglar las cosas contigo y si no te quiere, que no maree y se marche. Soluciona las dudas hablando claro y si tu pareja sigue necesitando tiempo (¿un día? ¿un mes? ¿diez años?), concédeselo…infinito. A menos que puedas permitirte esperar indefinidamente sin que ello afecte tu salud, tu amor propio y a tu vida.

¿Has elegido dar un tiempo? 

Si decides conceder tiempo, establece un plazo que puedas asumir dentro de tus recursos y posibilidades. Considera que mientras dure esta espera vas a sufrir deseando que tu pareja se aclare y no pudiendo hacer nada para trocar su indecisión en certeza, así que plantéatelo también como un paréntesis para ti, para reflexionar sobre la situación y para reencontrarte contigo.

Aprovecha para recuperar tu independencia y reforzar tu autoestima: hay muchas opciones y alternativas para tener una vida plena, sólo hay que abrir la mente y poner de tu parte. Recupera la noción de poder vivir sin esa persona y examina con serenidad si aporta tanto como crees a tu vida. El tiempo también es para saber si realmente te motiva retomar una relación con alguien que duda si quiere estar a tu lado.

Cuando se termine ese plazo, acordad reuniros para una resolución ya definitiva.

¿La persona pide distancia y estar solo o sola? Entonces no llames, no busques, no escribas…¡ni permitas que lo haga!. ¿No eres capaz o no lo deseas? Pues entonces, sé coherente y no concedas tiempos.

No quiero dar tiempos. ¿Cómo actúo?

Si eres de los que creen que los tiempos muertos son sólo para el baloncesto…o todo o nada. En caso de indecisión, la única forma de que la persona despierte, ya sea para mal o para bien, es sentir que te pierde. Si no quieres dudas y vaivenes, no los permitas: si deseas firmeza y compromiso, empieza por poner tú los límites y mostrate firme y comprometido/a con lo que tú quieres y te hace feliz. No te pongas a resolver los problemas de la persona. Si está mal y en lugar de apoyarse en ti, se aleja, no le vayas detrás pidiéndole el favor de dejarte ayudarle para que volváis a estar juntos. De nada te sirve un regreso intempestivo con las mismas dudas para dar lugar a un nuevo tiempo o a una ruptura unos meses después.

Si has decidido no conceder un tiempo, actúa como lo harías en caso de ruptura. No es momento para ser amigos, ni para ofertar soporte emocional, es momento para retirarse y pasar el duelo correspondiente.

———————

¿Y si soy yo quién necesito pedir un tiempo?

Decía Henry Amiel que el hombre que pretende verlo todo con claridad antes de decidir nunca decide. Si llevas mucho tiempo lleno/a de dudas en tu relación y ya te has planteado la ruptura, evita las situaciones intermedias de contigo ni sin ti, porque sólo generarán sufrimiento para ambos y por sí mismas, no son resolutivas. Alejarte de verdad supone no buscar ni molestar a la otra persona, enfrentarse a lo que en verdad se desea y volver con ganas e ilusión de reconstruir esa relación. O irse para siempre. Si no puedes tomar una decisión por ti mismo, no esperes que «un tiempo» lo haga por ti.