no hay sexo

No me apetece. Estoy cansado/a. Me duele la cabeza. Yo puedo pasar perfectamente sin tener sexo. Es que tú necesitas más que yo. ¿Esta canción te resulta conocida? ¿Hasta qué punto es importante el sexo en la pareja?

El sexo es uno de los pilares fundamentales del amor romántico. Resulta tan esencial como que es lo que realmente distingue el amor de pareja con el amor a tu hermano, a tu amigo o a tu madre.

Si en tu pareja hace tiempo que el sexo ha pasado en convertirse en un ejercicio anecdótico en el que uno se obliga y el otro se preocupa, puede que hayas intentando arreglarlo de muchas maneras. Introduciendo juegos eróticos, planeando escapadas románticas, cuidándote más físicamente o reclamando más acción hasta el punto de sentir que tu compañero/a te está haciendo un favor cada vez que se acuesta contigo.

Hay algunos factores externos que realmente pueden afectar la libido y provocar un periodo de forzosa abstinencia: el nacimiento de un hijo, un acontecimiento traumático, una enfermedad, un tratamiento médico…

Si se han eliminado todas estas causas probables y no parece haber ningún motivo de peso que esté afectando a la persona o a la relación, hay que internarse en lo que para la mayoría, es territorio salvaje y ciudad sin ley: las emociones.

Antes de llegar este punto, muchas personas se desgastan intentando solucionarlo por la vía de lo físico y de lo novedoso. El problema de este procedimiento es que el sexo enfocado desde su lado más materialista, se agota tan pronto como se gasta la novedad. Y volvemos…a lo mismo. Por decirlo de otra manera: si falla lo esencial (el amor, la atención, el cariño, la preocupación, la empatía y la amistad), no vas a poder sustituirlo con juguetes, salvo por periodos limitados de tiempo.

¿Qué puede estar fallando?

El diálogo es fundamental para descubrir qué está sucediendo y si todavía no tienes el menor indicio de lo que pasa, es que quizás no hayas utilizado las preguntas correctas.

Reclamar, quejarse, acusar y reprochar pone a la otra persona a la defensiva. ¿Qué ocurre? Que uno intenta avanzar mientras el otro retrocede parapeteándose en excusas. La conversación termina exactamente donde empezó. El sexo seguirá siendo escaso y a veces de mala gana y el compañero/a desganado acabará aborreciéndolo, lo que acabará dando como resultado tarjeta roja y expulsión definitiva del campo de juego.

Cuando hay problemas de cualquier tipo, lo primero que tenemos que recordar es que somos cómplices de nuestra pareja. Se supone que esto implica preocuparse sinceramente por lo que siente la otra persona y tratar de ponerse en su lugar. Si no eres capaz de hacerlo, has perdido el primer y más esencial vínculo que debieras tener con la persona que dices querer: la amistad.

Para saber cómo vive la relación la otra persona, como la percibe y siente y de qué manera le puede afectar, sólo hay una manera: hablar, hablar y seguir hablando. Si quieres recuperar la vida sexual, primero hay que arreglar todo lo que haya detrás.

¿Eres tú quien ha perdido el deseo sexual?

Si cada vez que tu pareja intenta sacar a relucir el tema te evades con justificaciones etéreas en lugar de enfrentarlo y expresarte tal cual sientes, hazte esta pregunta: ¿realmente me interesa salvar y mejorar mi relación? ¿o estoy esperando que el otro se canse y me deje en paz?

Sé honesto/a contigo y conecta con lo que sientes. ¿Te sientes solo/a la relación, tu pareja se ha convertido en un extraño, la rutina os ha comido vivos, estás harto/a de hacer lo mismo y en el mismo momento? Haz un pequeño esfuerzo y expresa abiertamente lo que sientas. A menos que hayas dado con un ente paranormal, no hay motivos para creer que tu media naranja pueda leerte la mente o pueda saber lo que necesitas sin colaboración alguna de tu parte.

¿Te da pereza y prefieres seguir dando largas?

Instaurarse en la zona de confort en la pareja puede dar tres resultados:

a) Que os acabéis convirtiendo en dos cómodos y resignados compañeros que comparten piso

b) Que la relación muera de puro aburrimiento.

c) Que uno o el otro – o ambos – acaben buscando la pasión por otras partes.

Tu pareja no es un hobby, ni un lugar de reposo permanente, ni un adorno de la casa, ni eso que tiene que estar ahí para que tú te sientas seguro/a en la vida. Tu pareja es un ser humano vivo y cambiante que tiene muchas cosas que aprender y enseñarte todos los días. Si te vas corriendo a agotar el catálogo de la sex shop más próxima y sin embargo, no eres capaz de perderte ya en sus ojos, o acariciarle fuera de programa o echarle un piropo…o simplemente conversar con él o ella, entonces la falta de sexo es el menor de vuestros problemas.

Pero ¿es tan importante el sexo?

Os respondo con una frase de Houellebecq

Si no había de vez en cuando algo de sexo, ¿en qué consistía la vida?