amor libertad

Es la pregunta del millón. Todo el mundo tiene su propia versión de lo que significa el amor, pero a pesar de ello, se confunde, no acaba de dar con lo que busca y se tropieza una y mil veces con las mismas piedras. ¿Qué significa realmente amor?

No es fácil definir lo que significa el amor para cada uno. Nuestro concepto varía a lo largo de los años y las experiencias que se van sucediendo y nos ofrece giros drásticos hacia realidades que nada tienen que ver con lo que otros nos han inculcado. Lo cierto es que el amor es una materia de debate infinita que no ha dado lugar a ninguna definición que satisfaga completamente a todo el mundo. Depende del caso, hay muchas maneras de contarlo:

Versión Hollywood: el amor es encontrar a tu alma gemela predestinada, a tu otra mitad que de repente te llene, te complete y le dé un sentido total a tu existencia.

Versión Prozac: el amor es encontrar a alguien sin el cual no puedas vivir, que te haga sentir mariposas en el estómago y ganas de vivir y comerte el mundo.

Versión madre Teresa de Calculta: el amor es sacrificarse, ayudar, cuidar, proteger y hacerlo todo por la persona que tienes al lado.

Versión Pachamama: el amor es una energía cósmica que está en todas partes, no entiende de convenciones ni vínculos tradicionales, se aplica a todas las personas y cosas vivas en general.

Versión funcionaria: el amor es el periodo de rutina y cariño que queda después del enamoramiento.

Versión Kunta-Kinte: el amor es sobre todo conflicto y requiere enormes inversiones de lucha, esfuerzo y adaptación para lograr mantenerlo.

Versión utilitaria:  el amor es encontrar a alguien que te trate bien y comparta tus aficiones, tus gustos, valores y proyectos de vida.

Versión Punset: el amor es simplemente una serie de componentes químicos del cerebro que actúan con el fin de que nos apareemos para seguir perpetuando la especie.

Versión narcisista: el amor es encontrar a alguien extraordinario que te haga sentir como un auténtico príncipe o princesa.

Versión desesperada: el amor es encontrar a alguien.

En un momento u otro, muchas de esas definiciones han sido las mías. Todas han ido caducando con el tiempo, cayendo como la piel vacía de la muda de la serpiente, hasta desnudarse en lo esencial. La dependencia…es compleja. El amor, es sencillo.

Muchos de mis conceptos, que en algún momento de mi vida han sido rotundamente verdaderos, no han sido más que castillos en el aire que, al deshacerse, sólo dejaron un puñadito de arenilla y recuerdos bonitos, pero difusos e inconsistentes. ¿Habré amado alguna vez? En aquellos momentos, pensaba que sí.

Entonces ¿qué es el amor verdadero?

A veces, llegan esos momentos. En los que conectas con algo que está ahí fuera y que no puedes definir con palabras. Cuando de repente te sitúas de golpe en el aquí y ahora; en medio de una zona indefinida en la que nada puede controlarse, en lo que todo deja de estar inerte y se convierte en parte viva e integrante de tu persona. En los que estás en paz contigo y con el mundo, aunque al minuto siguiente vayas a enzarzarte en cualquier otra batalla.

Esos raros instantes de plenitud en los que simplemente, estamos ahí, sin necesitar absolutamente nada del exterior, son escasos y breves. Pero los recuerdas con la nitidez con la que plasmaste en tu memoria todo aquello que te hizo sentir vivo alguna vez.  Algo tan grande que podrías ofrecérselo a una persona, a todas las personas, sin que se agotase lo más mínimo.  Y eso, a día de hoy, es mi versión 11.0 de lo que es el amor.