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¿Harto/a de relaciones superficiales, parejas sin compromiso y de que los miedos, inseguridades y traumas ajenos no dejen de desbaratar, una y otra vez, tus ansias de estabilidad? ¿Eres tú, o son los demás?

Hace unos años, estuvieron muy de moda en las librerías y quioscos españoles, unos métodos supuestamente infalibles para aprender a dominar el inglés en plazos de 6 meses. El idioma estaba de moda, se pedía en todo tipo de trabajos y por entonces, no había tantas personas que lo hablasen con fluidez, con lo cual las oportunidades laborales asociadas a este conocimiento, eran más interesantes y mejor pagadas.

Como es natural, estos productos empezaron a proliferar por todas partes.

¿Cuál era la verdadera eficacia del sistema Aprenda inglés en 6 meses? Se podría resumir tranquilamente en: ninguna.

Antes de llegar al plazo milagroso en el que hablaríamos inglés como Shakesperare (o al menos, como Hugh Grant), los manuales y los cd’s del famoso método estaban acumulando polvo en alguna estantería de nuestras casas, mirándonos con ojitos acusadores. Sólo le faltaba decirnos -con voz de padre-  que éramos unos vagos de mierda. En la misma estantería se fueron acumulando, año tras año, los métodos milagrosos para tocar la guitarra, para aprender crochet, para cultivar tu huerto urbano o para jugar al tenis como Federer.

El problema de base por el cual no funcionaba, era, en realidad, muy sencillo. Las personas se aburrían haciéndolo. Adquirían este producto no con la mente puesta en voy a estar 6 meses disfrutando del aprendizaje del inglés, sino algo así como este mágico método hará que aprenda a hacerlo sin grandes esfuerzos.

Muchas personas me escriben expresando su frustración o su desespero por no conseguir una relación estable. El verbo conseguir en relación con la pareja siempre trae a mi mente la imagen inmediata de un animoso pretendiente entrando en una tienda y pidiéndole al dependiente: ¡póngame cuarto y dos kilos de pareja formal!. Es un aseveración que en cierto modo, subraya de una forma muy tierna este eterno hábito que tenemos los seres humanos de concentrarnos en el objetivo ignorando olímpicamente el proceso.

Una relación estable, no se logra como el que va a esa imaginaria tienda a pedir un producto ya manufacturado y preparado para su consumo. Una relación estable es la consecuencia natural de ir conociendo a una persona, de enamorarte, de elegirla, de ser correspondido/a y de ir construyendo el vínculo en el día a día, aun sabiendo que como en toda apuesta, el resultado siempre es incierto.

Si vas con la idea de conseguir una relación estable con la primera persona que te atraiga y que acceda a ello, es perfectamente lógico que el otro se ponga a la defensiva, desconfíe, se trabe en su coraza o simplemente, desaparezca. Todos queremos que nuestras parejas nos escojan por ser nosotros, no por proveerles de un objetivo de vida determinado y que alguien a quien estamos conociendo ya nos ponga por delante un meticuloso planning sentimental en el cual parece que nuestra opinión viene sobrando, no causa una impresión muy agradable.

¿Sabéis cómo aprendí inglés? Durante toda mi vida, me ha encantado leer.  Cuando era adolescente, la única manera de conseguir libros novedosos que no se habían publicado aún en mi país, era buscarlos en inglés. Y así, a golpe de diccionario, destrabando frase tras frase, acabé entendiendo y aprendiendo el idioma. Más tarde, llegaron las películas en versión original, el querer traducir las letras de las canciones que me gustaban y finalmente, el tener que comunicarme de alguna manera cuando residía en el extranjero. En ninguno de estos momentos, mi objetivo realmente fue aprender inglés. Mi objetivo era disfrutar.

Los métodos de Aprenda inglés en 6 meses no eran buenos, porque no tenían nada que ver con disfrutar; y conocer una persona tras otra intentando que encaje a como dé lugar en un patrón de pareja estable, tampoco tiene nada que ver con disfrutar. Tiene que ver con las prisas y las necesidades, y como todo lo que tiene que ver con estas dos cosas, no suele funcionar.

No tiene que ver con las otras personas. Aun no he conocido a un adulto que, con neuras o sin ellas, no deseara amar y ser amado, acaracolarse en un sofá en los brazos de alguien y soñar. No, no es que tú te encuentres con el escasísimo tanto por ciento de la humanidad que no busca esto.

Estoy segura de que esta página tendría mucho más éxito si estuviese repleta de títulos como Aprenda a amar en 6 meses; Consiga una relación estable en 6 semanas; Recupere a su ex en 6 días. Pero mucho me temo que mi método no es de 6 meses: es de toda una vida y no requiere un esfuerzo breve para una certera recompensa. Requiere un replanteamiento completo y una manera distinta de afrontar las relaciones.

Sea como sea aquello que te venga dado, permite que las cosas fluyan. Trata de ver a los demás como a seres humanos, y no como criaturas enviadas del cielo para satisfacer tu necesidad del momento. No te obsesiones con conseguir la relación ya hecha y asegurada: disfruta del proceso de ir desenvolviendo con delicadeza a la otra persona, de apreciar cada nuevo detalle, cada nuevo gesto y cada nueva palabra, de conocerla por dentro y por fuera; no confundas intimidad física con intimidad emocional; no insistas si no hay correspondencia; y lo más importante, enfoca el futuro como consecuencia del presente y no el presente como consecuencia del futuro.

Recuerda todo lo que has aprendido a lo largo de tu vida y cómo lo has aprendido. Y hazlo de la misma manera.

Con esto, no te puedo garantizar que vayas a tener una pareja estable. Pero te garantizo que, la tengas o no la tengas, disfrutarás del proceso. Y es altamente probable que un día de estos te despiertes y te des de bruces con el milagro de que, sin darte cuenta, aprendiste inglés.