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Tú  Boston y yo, a Albacete. El reto de mantener una relación a distancia puede ser demasiado incluso para los ímpetus más ardientes. 

La historia del encuentro de mis suegros, puede resumirse en un post-it. Se conocieron en una playa, se intercambiaron las direcciones de correo, él se fue a trabajar al extranjero, ella se quedó en España y tras unos meses de correspondencia, decidieron casarse por poderes y reunirse en el país de él. La verdadera historia de amor se desarrollará en los siguientes 50 años, pero ese ya es otro cuento, que os deberían contar ellos.

Mantener una relación a distancia en los tiempos de mis suegros era laborioso y sumamente complicado: no había comunicación en tiempo real, las cartas tardaban días en llegar y la pareja tenía muy pocas ocasiones de verse antes de lograr reunirse de forma definitiva. Por esta razón, las relaciones a distancia eran relativamente infrecuentes.

Actualmente, la cosa ha cambiado. La increíble facilidad y rapidez con la que es posible sostener una conversación de una a otra parte del mundo y los medios de los que se disponen para sentir cercana a un persona en la lejanía, han hecho coincidir el nuevo milenio con un auge absoluto de las relaciones a distancia. La mayor ventaja: amar en un mercado global supone aumentar las probabilidades de encontrar al amor de tu vida, por si el amor de tu vida tuviera el mal tino de  vivir en Trondheim, mientras que tú resides en Barcelona.

Otra ventaja: las dificultades logísticas y el verse con cuentagotas contribuyen a convertir los encuentros de la pareja en interludios muy intensos. De pronto, las estaciones y los aeropuertos se convierten en los lugares más románticos  del mundo. ¿No querías un amor de película? Pues toma tres tazas.

Pero no sólo de achuchones en aeropuertos vive el hombre (o el amor), así que vamos a diseccionar las situaciones y conflictos más comunes en este tipo de relaciones.

¿Qué necesita una relación a distancia?

  • Comunicación, comunicación y comunicación. Si hablar siempre es esencial en una relación de pareja, cuando se está a distancia, es la única manera de suplir las carencias de esta situación.
  • Planes a corto-medio plazo: salvo que ambas personas encuentren en la distancia una fórmula ideal para ellos, normalmente se enfoca como algo temporal. Si no es posible solucionar la situación en la brevedad, es importante buscar fechas y plazos más o menos concretos para reunirse de forma definitiva.
  • Convivencia: vacaciones, puentes, días festivos…el compartir días ayuda a conocer otras facetas de la pareja que no pueden apreciarse en la distancia. La convivencia es la prueba de fuego de la compatibilidad y hay que tener en cuenta que alguna relaciones de este tipo funcionan, precisamente, por la propia distancia.
  • Seguridad y autonomía: son dos características siempre positivas en una relación de pareja y si es a distancia, aún más necesarias. Para una persona insegura, que se siente muy dependiente de sus parejas, una relación de este tipo es como para un diabético entrar en un tienda de pasteles. Todo es caldo de cultivo para los miedos, los celos y las inseguridades. Si un día habláis menos, o la pareja ha quedado con amigos, o no ha contestado a un mensaje en dos horas…En una relación de este tipo, ambas personas se benefician especialmente de tener una vida propia bien armada que no gire constantemente en torno a los whatsapps del otro.

¿Cuáles son los problemas de una relación a distancia?

  • El más evidente: la distancia. cuando una relación de este tipo atraviesa una crisis o un bache, es recomendable reunirse presencialmente lo antes posible. Hay cosas que la comunicación a distancia no puede compensar, ni sustituir.
  • El engaño: cuidado con las falsas relaciones, especialmente en el campo de la historias iniciadas por Internet. Si se ponen reparos o da largas para quedar en persona, oculta datos personales, pone excusas para no darte el número de teléfono o información acerca de dónde vive, muestra actitudes cambiantes y extrañas, sugiere o pide que puedes prestarle un dinero para ir a verte…¡¡mucho ojo!! Puede pasar desde que te hayas encontrado un intento de estafa hasta que quien crees tu pareja está casado/a o tiene una doble vida. Si empiezas algo por Internet, no lo prolongues demasiado e intentad veros cuanto antes.
  • La inercia: si faltan proyectos claros y la relación se alarga sin cambio o evolución de ningún tipo, acabará por zombificarse y morir. La aparición de terceras personas cuando esto ocurre, es casi canónica.
  • La falta de compromiso: hay quienes ven en la distancia una manera de conciliar una medio soltería con un medio compromiso. La falta de implicación y la sensación de estancamiento son síntomas claros en estas situaciones.
  • Los bajones: aun con las dos personas poniendo todo de su parte, la distancia es dura. No hay ninguna tecnología (aún) que emule el abrazo de la persona amada en un mal momento, por ejemplo. Estad preparados para estos momentos de tristeza y de hartazgo, de ansiar una relación normal y de querer tirar la webcam por la ventana. Hablad mucho, hablad de lo que sentís. Y no toméis grandes decisiones durante estos momentos.

¿Me compensa tener una relación a distancia?

Cada experiencia es única y por tanto, las respuestas pueden diferir en función de la persona y de lo que haya vivido al respecto. No obstante, para que pueda funcionar una relación de este tipo es necesario un mayor esfuerzo que en una relación presencial, además de constancia e (insisto) muchísima comunicación. Ambos miembros de la pareja deben tener claro que esto supone un compromiso diario para sostener el interés, la implicación y la motivación para seguir adelante a pesar de la dudas y los altibajos normales en una historia a distancia. No olvidar nunca que no somos personajes intachables de una película romántica, sino seres humanos con frustraciones, limitaciones, cambios e imperfecciones. Y que una relación a distancia, o presencial, pondrá a prueba todos ellos.

El enamorarse de alguien sólo es el principio de la aventura, pero la aventura, como en la historia de mis suegros, empieza más adelante.

La distancia es la piedra de toque de los verdaderos afectos (Henry Lacordaire)

Película recomendada sobre relaciones a distancia: Como Locos.