La particularidad de las relaciones amorosas en el marco laboral, es que suelen ir acompañadas del don de la oportunidad. La cantidad de horas compartidas y la aparente cercanía y disponibilidad son las mayores ventajas de estas relaciones…y puede que acaben siendo sus mayores inconvenientes. 

Con el ambiente laboral ocurre como en el ambiente vacacional o en el ambiente de estudios. En él,  se crea como un microclima emocional que permite que florezcan relaciones que seguramente no hubieran  tenido lugar en el mundo exterior. Ya sea el aire enrarecido de los locales y oficinas, o las mutaciones orgánicas que podría ocasionar el extraño y horrendo café de máquina, el caso es que los amores extracurriculares proliferan desaforadamente, a pesar de las ulteriores complicaciones que pueden comportar

Curiosamente, es más fácil que se dé una relación de este tipo entre personas emparejadas. Lo de mi pareja empezó a salir con los del trabajo y al poco tiempo empezó a estar raro/a es tan común en nuestros tiempos que la OMS debería evaluar la opción de considerarlo pandemia. ¿Porqué son tan frecuentes estos casos? La explicación es sencilla. Si yo tengo problemas con mi pareja o atravesamos una etapa de monotonía y aburrimiento, tenderé a fantasear en mayor medida con las personas atractivas con las que tenga contacto y si resulta que una de esas personas atractivas está ahí, al alcance de de mi mano, compartimos la mayor parte de nuestras respectivas jornadas y además me da cuartelillo, hay no pocas posibilidades de que la cosa prospere y de ahí que muchas de las llamadas lianas (relaciones que se inician antes de haber terminado las anteriores) surjan en los trabajos.

Es posible que si esas dos personas se hubieran conocido en una quedada de amigos o en una actividad deportiva, no se hubieran prestado demasiada atención. Pero, recordemos el dichoso microclima. Para entenderlo cabalmente, pensemos en los programas televisivos de Gran Hermano y la cantidad de romances forzados y claustrofóbicos que surgen de la interminable convivencia. Algo similar, en su versión redux, es lo que se vive en el ambiente laboral.

Por las mismas razones por las que los romances del Gran Hermano no prosperan mucho en cuanto se sale de la casa, los amores de oficina, sufren de los mismos riesgos al ser trasplantados fuera de su microclima y tratar de hacerlos sobrevivir ahí  fuera. Ocurre, a menudo, que una de las dos personas, sin saber porqué, pierde de súbito la fascinación que sentía por su flamante pareja. Lo que parecía encantador y atractivo bajo las románticas luces de los fluorescentes, lo que parecía sexy en la intimidad de los cubículos y lo que se percibía arrebatador en los roces y miradas al cruzarse en las escaleras, resulta dolorosamente prosaico y carente de atractivo en El Otro Lado.

Sacar el amor laboral de su hábitat, conlleva estos riesgos. Ocurre porque el encierro, las condiciones y la propia necesidad pueden crear un romance ficticio con una persona con la que realmente no tenemos gran cosa en común. Y esto sucede más a menudo en gente emparejada, por la mera razón de que las personas solteras normalmente frecuentan otros entornos sociales, conocen a más solteros y tienen un mayor abanico para escoger a quienes les resulten más afines. Sin embargo, para muchas personas que viven en pareja, su vida social se desarrolla casi íntegramente en su trabajo.

También dentro de este marco se dan a menudo relaciones entre una persona soltera y otra emparejada. Se suele observar que es la persona emparejada quien empieza el acercamiento amoroso en estos casos, por las mismas razones antes citadas.

Dada la frecuencia de estas situaciones y los riesgos que comportan en caso de ruptura, es altamente aconsejable que a la hora de entablar intimidad con algún compañero de trabajo, nos demos un ratito para discernir si estamos siendo víctimas del efecto microclima o realmente esa persona nos interesa tanto que estamos dispuestos a jugárnosla.

Sobra decir que una ruptura o desamor en el marco de una convivencia laboral es sumamente incómoda, desagradable y compleja y que antes de lanzarnos a lo loco llevados por los impulsos del momento, no está de más aguantarse el carpe diem un rato y pensar si nos interesa realmente jugárnosla por esa persona.

En caso de que tengamos pareja, una recomendación: sed honestos con vosotros mismos y determinad si lo que es falta es una nueva pareja o simplemente un espacio de ocio y amistad para tener algo más que vida casera o conyugal. Quizás os evitéis un mal trago innecesario, os ahorréis muchos daños colaterales y de paso, os conoceréis un poquito más.

En resumen: el mayor atractivo de los compañeros de trabajo, salvo excepciones, es que están cerca cuando no hay nada mejor. 

El cerebro es un órgano maravilloso. Se pone a trabajar al levantarnos y no deja de funciona hasta que entramos en la oficina (Robert Browning)