No sé poner los límites. He oído una y otra vez esta frase en boca de hombres y mujeres que se sienten perdidos cuando se trata de negociar con sus parejas. ¿Cuál es la consecuencia de ceder siempre? Frustración, rabia contra uno mismo y contra la pareja y finalmente, el desamor.
Cada vez que nos callamos ante algo que nos remueve o nos hace sentir mal, cada vez que aceptamos actitudes o palabras que nos duelen y permitimos además que vuelvan a producirse, hemos abandonado la casa de nuestras emociones y nos hemos ido a mudar al ático de nuestra cabeza. ¿Resultado? Lo que pensamos está cada vez más desconectado de lo que sentimos. Acabamos en relaciones donde nos sentimos estafados, creyendo que aguantando y callando todo debería ir bien, cuando estamos fomentando la incomunación y la autoagresión emocional.
Y boicoteando la relación una y otra vez.
Si no sabes poner límites, ante una situación que nos afecta negativamente, reaccionaremos con victimismo. Nos bloquearemos, agacharemos la cabeza y construiremos una fortaleza con nuestro malestar.
–¿Qué te pasa, cariño?
– Nada.
Hasta que la nada se convierte en un alud que lo arrasa todo, de golpe y sin avisar.
¿Por qué no ponemos límites? Tragar con lo que no nos gusta aún a costa de nuestra salud emocional, es una manifestación de nuestro miedo a perder aquello de lo que dependemos afectivamente. Y sin embargo, no expresarte abiertamente ni poder ser tú mismo/a con tu pareja, es uno de los métodos más efectivos para sabotear tu relación.
¿Cómo aprender a poner límites?
1) La delgada línea entre sumiso y susceptible: ni es sano anularse para que el otro esté contento, ni es buena señal saltar a la mínima de cambio porque todo lo que hace nuestra pareja nos molesta. El término medio no es, ni nunca será, perfecto, pero si estás en uno de ambos extremos, reflexiona: algo está fallando.
2) Escúchate: cuando algo que haga o diga tu pareja te provoque malestar y no sepas reaccionar, toma nota mental. No para apuntarlo en una imaginaria libretita de rencores para soltar la bomba el día menos esperado, sino para registrar lo que sientes (ira, angustia, miedo). No lo minimices, no lo justifiques. Si te hizo sentir mal, para ti, está mal y tus emociones no mienten. Hazles caso.
3) Las cosas claras: reaccionar a una afrenta con agresividad, o desapareciendo, o callándote, o soltando indirectas no te va a reportar ningún alivio. Prueba, en cambio a expresar en ese momento el sentimiento que te ha provocado la acción. Por ejemplo: tu pareja critica constantemente a tu familia y tú reaccionas a la defensiva, o contra-criticas a la suya. ¿Por qué no pruebas a decirle que te hace sentir mal que lo haga?.
4) Ser flexible como un junco, no tieso como un ciprés, aconseja el Talmud. Adaptarse no significa romperse. Y poner límites es un ejercicio que no debería incluir enormes dispendios de energía o luchas sin cuartel. Si la otra persona nos maltrata, nos falta al respeto, o nos agrede de alguna manera, ha llegado el momento de dejar las negociaciones y tomar decisiones.
5) Tus principios son innegociables: la mejor manera de poner límites es saber bien lo que se quiere. Si estás indeciso/a, si estás a verlas venir, te estás colocando en un rol pasivo que permitirá que te lleven a donde los demás quieran. Empieza por decidir qué es negociable y qué no es negociable en tu relación y sé coherente con ello. Como decía el filósofo Kierkegaard me siento como si fuera una pieza en una partida de ajedrez, cuando mi oponente me indica: esa pieza no puede ser movida.
Cristina:
Después de leer gran parte de tus post me pasa lo siguiente: Parece que los post «trending» son los mas relacionados a los sufrimientos típicos de la dependencia emocional. En cambio este tipo de post, que tienen que ver más con el ponerse uno como centro, o con el desarrollo personal, será que son menos visitados o menos comentados po casualidad?. No lo creo.
Parece que la gran mayoría de las personas prefiere «hacer el quite» (como decimos acá en Chile), a la tarea que implica el autoconocimiento y el trabajo de hacernos responsables de nuestras propias emociones. Prefiero concentrarme en el «ex» y lo que hace o deja de hacer… en cómo retenerlo, o como conseguir una nueva pareja, más que en dejarme caer en el agujero de alicia, de mí propia Alicia interna.
Sabes que hoy tuve la suerte de encontrarme en la tele con la peli La historia sin fin, y me quedó grabada una frase que dijo la esposa del cientifico que estudiaba las esfinges. Cuando le preguntó a Atreyu si ya estaba mejor, y el dice: No me duele, ella responde: «Tiene que doler para que cure». Me llegó tan profundo porque estoy en esas hoy por hoy, explorando por primera vez los terrenos del desapego y el autoconocimiento. Y que loco que igual duela este proceso en que piensas que estás perdiendo algo (aunque en realidad te estás desprendiendo de la dependencia emocional tóxica), cuando en realidad cada día me convenzo más de que es el único y gran tesoro que la vida puede proporcionarte.
Como siempre, gracias por tus palabras, iluminan el camino de muchos entre los que me incluyo.
Un abrazo,
Claudia.
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Hola Claudia,
Citas una de mis debilidades, La historia interminable y la película ya no la recuerdo mucho, pero tengo por ahí el libro desgastado, sobado y llorado de pura emoción, y tal cual figura esa escena con Atreyu herido. Esas mismas palabras «tiene que doler para que se cure» las decía también mi abuelo.
Nos pasamos toda la vida huyendo del dolor, para acabar siendo personas a medias, anestesiadas, bloqueadas de miedo y de sufrimiento, sin darnos cuenta de que detrás de ese dolor que temíamos estaba la liberación de todos aquellos lastres emocionales que nos impedían estar realmente vivos.
En este camino de evitar el dolor, es normal que sea más sencillo buscar cómo volver con el ex, pero por esta razón, «cuelo» también nociones de cambio y de crecimiento personal en los artículos relativos a la ruptura. Es la versión autoayuda de darte la medicina con un caramelo.
Al final, sea cual sea el camino que tomemos, acabamos llegando a donde tenemos que llegar.
Abrazos fuertes
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Hola Cristina!…
Muy bueno este articulo, bueno como todo lo que escribes. Tengo muchos problemas con mi pareja, que la comparo como hablar con la pared…trato de expresarle lo que siento, el porque de mis emociones, el porque de mi actuar, como tu bien dices de poner ciertos limites…pero en respuesta siempre obtengo alguien que no me escucha, que solo dice aja, o sigue pensando lo contrario de lo que expreso por mas que le digo que no es asi!… no le hacen reflexionar mis palabras, es muy cerrado…entonces, las situaciones se vuelven a reproducir y los problemas vuelven a ser los mismos…es imposible negociar con el…o simplemente dialogar sobre los problemas.
Hay algo que me hace mucho dano, me deja de hablar, no toma el telefono y desaparece por dias…en ese periodo de tiempo yo estando lejos me da mucha impotencia, y lo paso realmente mal…como puedo hacer para que esto no me afecte?…
Ayer mismo me dijo algo que solo me hizo quedarme callada…de una forma muy despectiva me dijo: Te deberia dar verguenza lo que acabas de decir (por haber mal interpretado algo que le dije)..me lo dijo de una forma tan despectiva que me quede helada…y eso me hace reflexionar
mucho, me hace reflexionar, si es mi pareja porque me habla asi?..Tenemos solamente un ano de estar y pues he sentido mucha desilucion a tal grado pues de desear dejar ir a estar pareja, con el dolor de mi alma, pero estoy segura que no somos compatibles…Realmente el matrimonio es
complicado, es un largo camino que necesitas de una pareja con la que estes realmente compenetrada para apoyarla y apoyarse mutuamente, y si ya a estas alturas se tienen problemas de entendimiento…pues realmente no ‘auguro’ un futuro prometedor… :-(.
Que piensas de esto?..como aumentar la compatibilidad con tu pareja?..Una vez lei sobre un test y como entender los tipos de personalidades en ese test para poder trabajar en equipo de una manera satisfactoria…me gustaria entender sus motivaciones, como aprender a negociar con este tipo de personas….tienes algun libro que me puedas aconsejar?..
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Hola sea,
Suelo repetirme mucho con lo de que la base de una pareja, lo que hace que dos personas puedan contruir algo juntas, es la comunicación. No es el sexo, la atracción, las ganas de casarse o sentir cosas intensas, es simplemente poder sentarte al lado de esa persona y hablar con él como con un amigo.
En tu caso no veo un problema de compatibilidad, simplemente has dado con una persona que quiere que las cosas se hagan como a él le interesa y no está dispuesto a dialogar, negociar o llegar a acuerdos. Es decir, con tu pareja puedes tener una relación siempre que aceptes estar por debajo y acatarlo todo, porque no se te va a dar opción a reclamar tus derechos o poner tus límites. ¿Quién es compatible con una persona así? Pues alguien extremadamente sumiso al que no le importa que le anulen y le moldeen a gusto de otro, siempre renunciando a sus propios deseos y necesidades.
Cuando damos con una pareja de este tipo, no se puede negociar, a lo único que se podría llegar sería a que él busque ayuda profesional si ve que en consecuencia a sus comportamientos, puede sufrir consecuencias no deseadas, como perder a sus parejas.
Te recomiendo un libro de Walter Riso llamado ‘Los límites del amor’
Abrazos
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Buenas noches.
No sé muy bien dónde encasillar mi consulta, aunque, después de leer este artículo, creo que encaja en esta sección.
Hace unos meses, inicié un romance con una persona que conocí por Internet. Yo tengo 42 años y no tengo hijos, él 40 y dos niñas. Su situación familiqr y laboral es mucho más complicada que la mía y no dispone casi de tiempo libre.
No nos vemos mucho ni tampoco hablamos por teléfono o intercambiamos mensajes frecuentemente. Yo ya he expresado mi malestar por la falta de contacto e incluso he aclarado con él si sólo quiere una aventura y él me dice que buca a alguien especial y que yo le lleno. Dice que procurará cambiar y estar más pendiente, pero luego no lo hace. Lo intenta, pero no lo consigue.
Lo contradictorio es que cuando estamos juntos las pocas veces que podemos vernos estamos genial y no queremos separarnos.
Me siento mal porque no sé cómo actuar, me gustaría tener más contacto, pero no quiero ser pesada. Él no se plantea por ejemplo presentarme a su familia para pasar más tiempo juntos. No sé si estoy perdiendo el tiempo a su lado y quizás esto no nos lleve a ninguna parte.
Gracias por leer mi mensaje
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Hola Ana,
Realmente la situación no es contradictoria. Una persona puede estar muy a gusto contigo cuando compartís un rato de ocio, haciendo el amor, viajando o saliendo a cenar porque tu compañía es agradable y todas estas ocupaciones son gratas y entretenidas (ya sería raro que estuviera mal haciendo todo eso…). Pero esto no implica necesariamente que haya amor, o un interés en tener algo más por su parte.
Por lo que comentas, lo que tenéis es más cercano a una relación de follamigos que de pareja, siendo él quien establece las reglas y siendo tú quien a pesar de las protestas, las acabas aceptando, por lo que él está contento porque obtiene el tipo de situación que desea y tú estás descontenta porque quieres otro tipo de relación.
Esto es como todo…si en un trabajo aceptas un sueldo de 300 euros, serán 300 euros los que acabarás cobrando…si en una relación asumes condiciones que no te gustan, son las que acabarás teniendo…Y en este caso son condiciones no negociables, pues el interés nace o no nace, no se pide, ni se concede…
Habla con él y dile simplemente que quieres todo el «pack»: entrar en su vida, compartir más tiempo, tener comunicacion diaria. Que se lo piense tranquilamente y decida qué clase de relación quiere, pero que no te busque si no tiene las cosas claras o pretende seguir igual.
Abrazos!
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Gracias por tu tiempo y tu atención. La verdad es que tengo miedo de darle un ultimátum, pero intentaré hacerlo. Yo soy una persona dependiente. Un beso
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Hola Ana,
No tengas miedo, realmente si esta persona no se plantea un futuro contigo, piensa que estás perdiendo el tiempo de conocer a alguien que sí quiera lo mismo que tú…No pierdes nada.
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Gracias de nuevo, Cristina.
Precisamente, tengo miedo porque estoy sola y no encuentro a nadie que quiera lo que yo o que me quiera.
Hoy he conseguido decir por primera vez que no a su invitación a cenar porque no me ha avisado con tiempo y tenía que salir corriendo. Me ha costado unos lloros decir que no. Intentaré ser fuerte. Soy muy sensible y empática y me cuesta decir NO. Me siento fatal por la otra persona.
Un abrazo.
Ana
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Mi chico me ha dejado tras 6 meses de relación. A los 10 dias volvió, que quería volver conmigo. Volví. A los dos meses, me volvió a dejar. Si lo hace una vez, lo puede repetir. Quiso volver una tercera vez y le dije, «vale pero si prometes que no me vas a dejar otra vez». Y por supuesto, dijo que no.
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Hola Anónima,
Pues si te deja dos veces en los primeros meses de relación, que es cuando se está mejor y más a gusto y cuando todo lo ves ideal y maravilloso…mal vamos.
Este chico es de los que no está enamorado e intenta dejarlo pero luego se ve solo, se siente mal y vuelve.
Yo no probaría a dejarle estropiciarme la vida por tercera vez…pero tú misma.
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Hola Cristina,
Este es uno de los puntos que más debo trabajar. He dejado recientemente a mi pareja y justamente mi problema ha sido que no he sabido poner límites. Cada vez que le comentaba que algo me sentaba mal él le quitaba importancia o directamente me atacaba.
Con el tiempo pasaba de decirle nada, ya que se te van quitando las ganas de intentar aclarar las cosas. Su respuesta siempre era la misma. Intenté hacerlo de otra forma, pero era inútil.
Así que nada, toca trabajar en ello! Tengo un largo camino por delante.
Muchas gracias por tus palabras.
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