¿Donde aman dos, aman tres (o más? Las relaciones abiertas ganan terreno en un mundo en el que cada vez se difuminan más los límites, las fronteras y las definiciones.
Si algo ha quedado claro en estos albores del siglo XXI, es que tanto la sexualidad humana, como la vida sentimental y la propia identidad de género se han convertido en conceptos no sólo flexibles, sino también evolutivos. Una mujer puede nacer hombre; un hombre puede nacer mujer; una persona puede ser heterosexual, bisexual, homosexual o nada y todo al mismo tiempo. En este panorama, las relaciones tradicionales también se someten a examen: ¿es la monogamia la única opción para mí? ¿Podemos enamorarnos de varias personas al mismo tiempo? ¿mi forma de relacionarme es una imposición social y cultural? ¿Qué es lo que realmente quiero y necesito?
Sería incompleto abordar este tema desde aquí, sin hablar de los prejuicios, dudas e ideas preconcebidas que solemos tener las personas monógamas en torno a este tipo de relaciones. Lo primero que cabe señalar en el tema de las relaciones poliamorosas, es que la imagen que se tiene de ellas es la de una especie de invento de las nuevas generaciones, que ya no tienen principios, ni valores, ni todas esas cosas que al parecer son necesarias para ser monógamo.
Existe una absurda tendencia a creer que por alguna razón, en 21 siglos de historia de la humanidad, sólo ahora a alguien se le encendió la bombilla y se planteó que si le gustaban dos personas, tendría que haber una fórmula que le permitiese disfrutar de ambas sin culpas, tormentos, ni restricciones.
No obstante, las relaciones abiertas o las relaciones poliamorosas no son nada nuevo. Ya en el año 1969, la película de La leyenda de la ciudad sin nombre, presentaba a un espléndido trimatrimonio compuesto por Jean Seberg, Clint Eastwood y Lee Marvin. Si nos vamos aún más atrás en el tiempo y nos encaminamos a la Grecia clásica, nos encontramos toda una cultura poliamorosa socialmente integrada y aceptada sin mayores aspavientos. Todo un zas en la boca para los que creían que este tipo de fórmulas son un invento de los modernos.
¿Qué pasa a día de hoy? Que llevamos una larga, larguísima temporada, con la opción monógama muy asimilada, como si no tuviéramos toda una Historia a nuestras espaldas que nos dice que han existido otras maneras de vivir el amor. Y resulta que cuando oímos que Sartre y Simone de Beauvoir eran abiertamente poliamorosos, nos suena a cosa culta, sensual y deliciosamente decadente, mientras que si es la vecina del tercero la que aparece con tres novios, nos parece una rareza o una guarrada (como poco).
Es decir, nuestros prejuicios entran en escena cuando hablamos de las relaciones abiertas como una opción amorosa más entre la gente de a pie. Bien es cierto que nosotros, y el resto de la gente de a pie, normalmente hemos crecido en un modelo monógamo, que aceptamos con tanta naturalidad como el mormón de Utah aceptará que los hombres estén matrimoniados con varias señoras al mismo tiempo y para él lo nuestro será una marcianada.
Como salirse de esos parámetros supone desmarcarse de lo que hace el resto del entorno e ir por senderos desconocidos, a menudo las personas que deciden tener relaciones abiertas se encuentran con un buen montón de dudas existenciales. Vamos a intentar exponerlas por aquí: tanto para quienes tienen curiosidad y preguntas varias sobre este tema, como para quienes están planteándose este tipo de relación.
- Nuestra relación está pasando un mal momento y tengo curiosidad por estar con otras personas. ¿Sería una buena idea plantear una relación abierta? Respuesta: para abrir una relación se precisa una base muy sólida. Abrir una relación que no está funcionado o en la que hay carencias, simplemente es darse permiso para buscar otras personas con las que sí funcione o sí se obtenga lo que a uno le falte, con lo cual una mayoría de estos intentos acaban siendo una liana mutuamente consentida.
- ¿Cómo se abre una relación? ¿Empezamos a salir con otras personas y ya?. Respuesta: abrir una relación por primera vez es iniciar un proceso en el que se verán a prueba muchas creencias y patrones adquiridos de toda una vida. Por esto, es algo que requiere consciencia y responsabilidad, ya que hay que pasar por todo un camino de desaprendizaje. A pesar de lo que se cree habitualmente (que son una especie de Sodoma y Gomorra), las parejas abiertas son una zona de no-confort, en la que es necesario estar profundamente implicado con uno mismo y con la otra persona, en un trabajo conjunto que exige muchísima intimidad, confianza y comunicación.
- ¿Cómo se gestionan los celos en una relación abierta? Respuesta: a menudo se comete un error muy común, que es rechazarlos o negarlos. Es perfectamente normal que en la mayoría de los casos aparezcan celos e inseguridades en un inicio. Tener celos e inseguridades no significa que uno no pueda ser libre y evolucionado: no admitirlos, sí. A la hora de gestionarlos, muchas persona acuden a terapia o simplemente trabajan en su manera de pensar.
- ¿Y si yo quiero un relación abierta y mi pareja no? Respuesta: entre el sí y el no, siempre ha de prevalecer la opción más conservadora. El punto de partida de una relación abierta es el mutuo acuerdo, al igual que ocurre con la decisión de tener hijos o cualquier otro cambio importante que afecte la vida de ambos.
- ¿Me acabará abandonando mi pareja si abrimos la relación? Respuesta: puede que sí. Puede que no. Exactamente igual que podría pasar con cualquier otro tipo de relación y de pareja. Las parejas con relaciones abiertas pueden tener historias tóxicas, decepciones, rupturas y duelos, como el resto del mundo. No existe ninguna opción en la vida que constituya una panacea en la que se eviten todos los problemas.
- ¿Es mejor restringir la relación abierta a sólo sexo? Respuesta: Depende. Si se escoge esta modalidad porque interesa mantener una sola pareja, es recomendable establecer claros límites y condiciones. Si se escoge esta modalidad para controlar/evitar que se creen vínculos sentimentales con otras personas, debemos recordar aquel dicho de que no se pueden poner puertas al campo. Es posible que las relaciones sexuales generen apego y conexión emocional y máxime cuando difícilmente nos acostamos con personas que nos resulten indiferentes. Tanto si se escoge una relación abierta de sólo sexo, como si se escoge una opción poliamorosa, es importante comprenden que somos personas tratando con personas, con todo lo que esto implica.
Para elaborar este artículo, pude entrevistar a varias personas que tenían relaciones abiertas con parejas de larga duración. Mis entrevistados me dieron muchas pistas de cómo funcionaba este tipo de vínculo. También me hizo ser consciente de que quizás lo más difícil de abrir una relación, es simplemente abrirse, incluso mostrando facetas, deseos e inquietudes que no son precisamente populares o socialmente aceptados.
Es cierto que muchas veces tenemos un concepto de las relaciones abiertas como una forma de irresponsabilidad afectiva. Esto ocurre porque hay ocasiones en las que bajo esta etiqueta se agrupa un todo vale, bajo el cual se enmascaran muchos atropellos emocionales. En personas muy jóvenes he visto utilizar el término poliamor cuando realmente se está experimentando y no se está preparado para un compromiso o para darle caché a relaciones que básicamente no pasan de ser follamistades con ínfulas.
A su vez, he encontrado los clásicos casos de parejas con roles muy patriarcales, donde se permite que el hombre sea infiel de forma pseudoconsentida porque eso es lo que los hombres hacen. Con este texto, hablo de relaciones abiertas como una verdadera elección hecha desde la reflexión y la perspectiva adultas, asimilando que es un opción de vida que requiere tanta libertad y responsabilidad, como cualquier otra.
Desde mi perspectiva personal, existe un hecho sorprendente que me encuentro a menudo tanto en mi trabajo, como en mi entorno. Es impresionante la cantidad de maltratos y faltas de respeto que están totalmente naturalizados en la relaciones de pareja, ya sean monógamas o de cualquier otro tipo. Aceptamos y normalizamos relaciones donde se grita, se manipula con absoluto descaro o se menoscaba constantemente la autoestima. Relaciones que mantenemos a golpe de ansiolíticos y antidepresivos o que literalmente nos acaban enfermando de cuerpo y alma. Y sin embargo, a menudo sólo reaccionamos cuando nuestras parejas se enamoran o se acuestan con otras personas (lógico, viendo el percal).
No creo que las relaciones abiertas sean la cura perfecta para las contradicciones de la naturaleza humana. Pero quizás sirva su existencia y posibilidad para recordarnos que la posesión es el antónimo del respeto. Tanto si prefieres relaciones abiertas o relaciones monógamas, asegúrate que sea tu elección y no la elección de tu entorno, de la sociedad o de la moda del momento. La única manera en que cualquier relación funcione, empieza por comprometerte con lo que eres y con lo que quieres.
Si no tienes la libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener? (Arturo Graf)
Con todos mis respetos, yo creo que la gente busca, busca, busca y no encuentra, porque están más perdidos que Carracuca. Si ya es complicado en el mundo actual acompasarte con una pareja, imaginemos lo que es compatibilizarla, alternarla, simultanearla o mezclarla.
Todo esto del poliamor y los sexos (hasta 102 según la ONU) son Inventos de la condición humana que no son actuales, obviamente. Lo que ocurre es que ahora se han popularizado y todos se apuntan, vaya a ser que «se queden atrás o se pierdan algo».
La gente está fatal en general. La pandemia los ha puesto peor y el mundo cada vez está más polarizado. De un tiempo a esta parte la gente se ha decantado de una forma más definida. Los «virtuosos» han perseverado y se han fortalecido en la adversidad. Los «pecaminosos» se han adentrado todavía un poco más en su oscuridad vital.
Es mi humilde opinión.
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Hola Cristi! Hace poco vi estos dos videos que tocan el tema de relaciones atípicas y me parecieron muy interesantes las opiniones de los expertos (mentes muy abiertas)
Te los comparto por si tienes un tiempo y contarme que tal te parecen, me gustaria conocer tu opinión al respecto.
Un fuerte abrazo!!
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Son medios largos (creo que algo de 2 hs cada unos) pero creo que valen la pena
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Buenas Cristiana.
Espero que estés pasando un buen verano y descansando el cuerpo…y la mente.
En esta entrada que se habla de relaciones «no convencionales» me ha surgido la duda de otro tipo de relación que existen a nivel de Europa y otros países que son las relaciones LAT (Living Apart Together). Yo las he conocido antes de conocer el nombre inglés. De hecho mi abuela, tras la muerte de mi abuelo, ya tuvo una relación de este tipo durante muchos años. Y en muchos casos, personas que se han separado a una edad adulta lo toman como la mejor opción. Quitando las desventajas de duplicar gastos, qué otro tipo de problemas en la relación pueden surgir?. Creo que no has dedicado ninguna entrada a este tema. ¿Cómo lo ves?. Yo ahora mismo, recién separado, se me antoja complicado meter a alguien en casa. Además que en muchos casos encuentras a otra persona que también tiene su casa y sus cosas, y no se quiere cambiar de casa.
Buen verano!
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Hola Wendro,
Si ambas personas de una misma pareja están de acuerdo con una relación sin proyección de convivencia, no debería haber ningún problema. Igualmente, a mi parecer, estas relaciones son relaciones para personas que tienen miedo a la intimidad y no quieren grandes compromisos, porque no han resuelto experiencias pasadas. El amor implica abrirse, compartir, construir, dejar que la vida entre y te revolucione. Si ya de entrada andamos excluyendo opciones, posiblemente podamos tener relaciones cómodas para pasar el rato, pero poco más. Que si todos los implicados buscan eso, aquí paz y luego Gloria.
Abrazos
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Hola Cristina!
Pues sí, quizás lo bonito del amor sea compartir y, si partimos que se separa la convivencia y sólo se disfrutas de los buenos momentos, puede ser cómodo pero no completo.
Gracias por tú opinión.
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Personalmente no creo en el poliamor, en el poliamor sentimental y emocional. El poliamor sexual (una pareja abierta a tener relaciones con otras personas) ni me parece bien ni mal, si así lo desean ambos, perfecto y es totalmente respetable. Mejor eso que ser infiel. Es una forma de gozar de las bondades de estar en pareja y de las bondades de la soltería.
Pero el poliamor sentimental..acabo de leer la entrada de los peligros de sentirse especial y a eso voy; «se pueden enamorar de dos personas a la vez» cuando oigo esta afirmación siento que me hablan de seres especiales de otro planeta que tienen un superpoder, como si estuvieran a un nivel amoroso superior. Si ya enamorarse de una sola persona es la hostia, como debe ser estarlo de varias? Menuda bomba sentimental.
Como ser humana y corriente que soy hablo de mi experiencia. Cuando he estado cien por cien por alguien solo tengo ganas de esa persona y la exclusividad me sale natural. De hecho este sentimiento es un indicativo de que me he enamorado. Cuando he sentido que me gustan o me atraen varias personas es porque no me han gustado de verdad ninguna.
Pero no es nuevo el poliamor, no me refiero a su aceptación social, sino a su práctica. Cuantas parejas son infieles? O aquellas que tienen pareja y a parte mantienen una pseudorelacion con alguien más? Cuando hablo con estas personas es siempre lo mismo; con mi pareja no estoy bien del todo…fulanito me da la pasión que he perdido con mi novio etc. Sales a buscar fuera lo que ya no tienes con tu pareja, o cuando ya no te termina de llenar, pero sin renunciar a ella. Las relaciones de poliamor me suenan un pcoo a lo mismo pero con consentimiento. Me recuerda un poco a las relaciones rentig.
Pero Supongamos que si, que hay personas que tienen ese superpoder, que una relación de poliamor se de es jodidamente dificil porque; para empezar te tienes que enamorar de una persona que sea tan especial como tú de tener esa capacidad, y no solo de una! De varias! Y que esas varias se enamoren a la vez de ti y a la vez entre ellas mismas…es tan remoto que no me lo creo.
Pero esta es solo mi opinión, y puedo estar totalmente equivocada y por supuesto cualquier forma de relación siempre q sea consensuada me parece más que respetable. Cada uno es libre de meterse en el berenjenal que quiera, faltaría más!
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