Temática: la dependencia emocional, la falta de metas personales.
Momento para verla: si has vivido, llorado y perdido. Si te has equivocado y has hecho daño o te han hecho daño y aún así, aún no conoces otra forma de amar.
Sinopsis: Adèle es una chica francesa de 15 años, tiene dudas sobre su identidad sexual. Mientras trata de ser «normal», conoce a Emma, de la que se enamora con la potencia fulminante del primer amor.
Comentario: Palma de Oro en Cannes, La vida de Adèle fue una de las grandes sorpresas del 2013. Polémica por sus explícitas escenas de sexo lésbico, arrasó allá donde fue gracias a su realismo y las empáticas interpretaciones de sus dos protagonistas.
Recomendada por: todo. Si eres cinéfilo/a la disfrutarás. Si buscas aprendizaje, verás la manera sutil y empática con la que se muestra al personaje principal, una chica perdida que llena sus vacíos con un amor idealizado y dependiente.
La frase: “Siento que estoy fingiendo en todo, soy yo a la que le falta algo.”
La crítica dijo: “La mejor historia de amor jamás rodada» (Salvador Llopart, La Vanguardia)
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Conclusión: unna película condenadamente auténtica, en la que el amor no es prefabricado, ni inmutable, sino el producto imperfecto entre dos personas imperfectas que a veces se necesitan más de lo que se quieren.
Trailer:
Sinceramente, para que se hagan películas lésbicas como ésta prefiero que no se haga ninguna… porque mucho decir que visibilizan y normalizan pero parece que nadie ve que en realidad estamos en lo de siempre: las relaciones entre mujeres se convierten en objetos de morbo masculino y en escenitas degradantes de tetas y coños antes que en cualquier otra cosa, y eso es más un retroceso que un avance.
Soy lesbiana y estoy muy harta de escuchar tantas alabanzas absurdas a esta película que no es más que el desahogo pornográfico de las obsesiones de un director déspota. Fui a verla ilusionadísima porque el cómic me había encantado y tenía las esperanzas de encontrarme con algo igual de bueno o quizá mejor, pero no puedo expresar mi sorpresa al encontrarme tamaña basura… Quince minutos de porno lésbico completamente gratuito e injustificado que ensucian el resto del metraje y actúan a modo de llamada de atención desesperada (así como llamada a la recaudación, a la audiencia y a la crítica masculina) para disculpar tres horas insustanciales, desaprovechadas y vacías, con lo que podía haber dado de sí una temática inicial tan fantástica. El director sólo se preocupó de rodar tijeras y cunnilingus, no hay rastro de la profundidad de la novela gráfica, de su estética cautivante, de su buen gusto, de su sensibilidad, de su despliegue en cuanto a temas y motivos… sólo sexo explícito, poses ridículas y morbo facilón para arrastrar a la gente a verla y convertirla en vouyers.
Sin esas largas escenas de sexo la película habría ganado en dignidad y fuerza, precisamente es contraproducente a su causa este excesivo regodeo. En lugar de estas escenas (o de gran parte de ellas) se podría haber aprovechado metraje e incluir, por ejemplo, una escena de ataque homófobo de los que están tan tristemente vigentes en Francia u otros países europeos, eso sí contribuiría a una mayor sensibilización del público y no una escena como la de las tijeras con la que la película cae en el ridículo, se descalifica a sí misma y le da la razón a quienes afirman que es pornografía mostrada sólo con el propósito de excitar. ¿Cuál es la intención si no de regodearse de tal manera? ¿Si no vemos ocho orgasmos no entendemos la pasión entre ambas protagonistas? ¿O la “necesidad” de meter estos quince minutos de sexo salvaje era porque si no nadie aguantaría tres horas soporíferas viendo a una actriz con cara de empanada?
Me pregunto cómo es posible que nadie (o muy pocos) vean lo que es en realidad esta película: una fantasía pornográfica de un director heterosexual, basándose en un juicio apriorístico de cómo follan dos lesbianas que no es más que su propio deseo puesto en imágenes (y además tiránicamente, en plan “vosotras tocaos hasta la extenuación que yo filmo mientras babeo). De haber sido dos hombres los protagonistas (o un hombre y una mujer), el director jamás se habría recreado así en una escena sexual entre ellos y la película no habría sido tan brillante para los críticos. Si la pareja hubiera sido heterosexual y si el sexo, aunque realista, hubiera sido tratado de manera más sutil, de esta película ni se habla. Y mucho menos se la premia. Pero claro, a los críticos heterosexuales les ha gustado mucho y por eso ganó Cannes…
Por eso, lo que me escama de todo esto (aparte de que me es imposible simpatizar con un señor que ha hecho que sus actrices se sientan poco menos que abusadas…) es que el director ha reducido una historia compleja sobre el amor, la amistad, la intimidad… en una larguísima escena de sexo hecha desde el punto de vista de un observador masculino y heterosexual (qué sorpresa) que reduce a las lesbianas y a las mujeres en general en objetos hipersexualizados cuyas prácticas sexuales son y deben ser aquellas que despiertan los deseos de este público en particular. Como siempre, se reduce a las mujeres (lesbianas o no) a lo mismo. Objetos. Objetos con los que vender, comerciar, excitar… objetos masturbatorios y poco más.
Esta película no hace ningún favor a la causa homosexual, más bien todo lo contrario.
Si me extiendo tanto y me expreso con tanta vehemencia es porque quiero que mi punto de vista (que es el de muchas lesbianas también) ayude a entender por qué tanta indignación justificada con esta película, por eso insisto en dar explicaciones de lo que considero que es un enfado lógico (el que también siente la propia autora del cómic) y no una pura histeria “porque sí”.
Recomiendo encarecidamente la lectura del cómic original para que cualquiera compruebe la diferencia por sí mismo en todo cuanto afirmo: claro que hay sexo, de hecho nadie niega la necesidad de que lo haya, pero está tratado de una manera completamente diferente: con buen gusto, sensibilidad y respeto. Son escenas estéticas y realistas, no tan facilonas, exageradas y burdas como en la película, donde la mirada masculina y casi onanista se delata por sí sola. La autora, Julie Maroh, también expresó su indignación al respecto. Conste, insisto, que en ningún momento se discute sobre no mostrar sexo en la película, de hecho es necesario y está justificado que se muestre, pero no ASÍ. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado. El problema es cuando se ha decidido mostrar una escena sexual larguísima con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica para después querer tomar al espectador por tonto, hacerse el ingenuo y pretender venderlo como “arte”. Eso es lo indignante. Más que una relación sincera y realista entre dos mujeres parece una fantasía pornográfica bastante tópica (e incluso ridícula por determinadas posturas) de un hombre heterosexual.
Tened por seguro que si Kechiche hubiera dirigido “Brokeback Mountain” o una historia de amor con dos hombres como protagonistas, ni de coña se habría recreado tanto. Es por este cúmulo de circunstancias por el que las lesbianas nos sentimos tan ofendidas: se nos reduce siempre a lo mismo, al mismo papel de objetos destinados a dar placer o morbo a la audiencia… Es curioso que las mayores alabanzas procedan, justamente, de hombres heterosexuales; las mujeres, heteros o lesbianas, la ponen bastante peor y son mucho más críticas. Será quizá porque la cosificación sexual de la mujer es algo tan enquistado en nuestra sociedad, en todos los ámbitos, lo tenemos tan admitido, que ni se permite darle la vuelta cuando alguien lo cuestiona (y entonces, de hacerlo, se nos tacha de histéricas, mojigatas o estrechas de mente, como si confundiéramos “abiertos de mente” con “necesidad de mostrar sexo explícito”) y, como siempre, se visibiliza a las lesbianas sólo para la consecución del placer masculino; se las muestra como objetos sexuales en la pantalla con la hipócrita excusa de que es necesario ver esas escenas pornográficas para entender la vida de la protagonista. Y así, la vida de Adèle se queda reducida a “La vida sexual de Adèle”. Una película fácil, vulgar, pornográfica, con todo lo que podía haber dado de sí (no se dedica apenas atención a la lucha interior de la protagonista, a los conflictos con sus padres y amigas ni la solución a los mismos, no se incide en la necesidad de una mayor visibilización y normalización, etc.)… Creo sinceramente que Kechiche no quiso desarrollar con la misma extensión y profundidad ningún otro tema más que el sexual, disfrazando tal cantidad exagerada de escenas pornográficas bajo tres horas de “cine” y “arte”. El director parece que sólo se dirige a un público específico para que alabe su obra. Podía haber hecho una verdadera maravilla, pero se dejó cegar por el recurso más fácil y explícito. Es verdaderamente una lástima.
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Paula, completamente de acuerdo en todo lo que has mencionado. No he leído el comic, pero desde que salió la película y vi el tráiler claramente se puso de manifiesto que era una película porno para satisfacer el morbo masculino y decidí que no iba a perder mi tiempo en irla a ver. No soy lesbiana, pero empatizo totalmente contigo.
Saludos
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Una habitación con vistas. La cámara gira hacia el interior y se ve a un tío en la cama.
Es Abdellatif Kechiche tocándose la polla y hablando por teléfono con su mejor amigo y consejero espiritual.
– Tío, no paro de pensar en tías en bolas, en plan rollo bollo.
– Pues nada, móntatelo a lo Medem: haz una peli que vaya de bollos, y que estén bien buenas. Y de paso que te pajilleas tú se pajillea media humanidad, que el rollo bollo tiene mucho público.
– Ya, pero si hago lo que estoy pensando va a parecer que hago porno. Y yo tengo un nivel, tío.
– No hay problema. Haz que hablen de vez en cuando y que digan cosas poéticas. Tú eres Kechiche, no haces porno, haces poesía.
– Ya, pero sólo con eso no va a colar. Pienso tenerlas un montón de rato en bolas, necesito algo más.
– Bueno, puedes alargar la película indefinidamente con muchos primeros planos, así por mucho tiempo que las tengas en pelotas siempre podrás decir que también les sacas la cara de vez en cuando. Un primer plano de los mocos mientras la protagonista llora puede ser la hostia.
– Y eso para qué?
– Para nada; eres Kechiche, un poeta, un artista de la imagen, un creador. No tienes que dar explicaciones. La gente se preguntará el porqué de cada plano y harán sesudos análisis y se olvidarán de lo de las tías en bolas.
– Jo, tío, eres un crack. Me has salvado la vida. Mira que estaba como el pico una plancha con el tema éste.
– Pos nada, haz la peli. Oye, y de paso me haces un favor. Conozco a una nena que está buenísima, la jodida se llama Exarchopoulos, toma ya, Adèle de nombre. He intentado tirármela de todas las maneras posibles, pero nada, no consiente la hijaputa. Como tiene ínfulas de actriz, si la contratas por lo menos la podré ver en pelotas y pegarme un meneíllo. Qué me dices, chaval?
– Hostia, tío, eres el puto amo. Y ahora que lo pienso, me gusta el nombre de tu nena. Voy a titular la peli en su honor «La vida de «Adèle».
– Ah, pues de puta madre. Un gran detallazo por tu parte. Oye, no estarás intentando tirártela, no? No te lo perdonaría en la vida. Pero bueno, si te la tiras luego me la pasas… y pelillos a la mar. Qué dices, hace el apaño?
Y así fue como el bueno de Abdellatif, con el fin único y exclusivo de echarse unas pajillas, nos la metió doblada y ganó la Palma de Oro en Cannes, además de un montón de aclamaciones de críticos que han sabido muy bien justificarle.
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Esta es la película más machista que he visto en mi vida… Además de ser un bodrio de película, aburridísima, interminable, deshilvanada y absurda, tiene la desfachatez de frivolizar hasta extremos increíbles con las relaciones homosexuales entre mujeres. Toda ella me parece una predecible y tópica fantasía masculina además de perversa, tanto ella como sus intenciones, porque me parece repugnante cómo se abusó de estas dos actrices jóvenes por parte de un director ávido de morbo. Creo que no hacía ninguna falta mostrar tantísimo sexo y que si se hizo así fue únicamente para buscar polémica y audiencia, que se cargaron una novela original extraordinaria en función solo de la búsqueda de esta fantasía masculina heterosexual, que si hubieran sido dos hombres los protagonistas no habrían ido tan lejos las escenas de cama y tampoco la película habría sido tan alabada ni tan premiada y que de hecho si fue así fue porque los críticos (hombres heterosexuales, recordemos, en su mayoría) la valoraron más con los genitales que con el cerebro, ya que objetivamente es una historia bastante mediocre que no aporta nada.
Sobre ella se ha discutido mucho sobre que si no es pornográfica, que si las escenas sexuales son gratuitas o no, que la historia original fue escrita por una mujer lesbiana y un hombre heterosexual se ha encargado de degradarla (cosa en la que estoy de acuerdo), que si en realidad está mostrando la realidad de cualquier relación, no sólo homosexual, blablablá. Pues que nadie se lleve a engaño, puesto que como suele decirse, “la respuesta más obvia es siempre la correcta”: la película puede parecer pornográfica y tener escenas gratuitamente morbosas, pero ES realmente una película pornográfica y gratuitamente morbosa.
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Hola Karma,
Difícilmente se puede considerar pornográfica una película en la que hay 12 minutos de escenas eróticas en 3 horas.
Saludos
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Las escenas de sexo y el lesbianismo ocupan para mí un plano MUY secundario en la historia. Habla de temas universales como el primer amor, la ausencia de objetivos, la idealización de la pareja, la separación inconsciente de los individuos dentro de la pareja, el descubrimiento de la pasión desmedida del primer amor, etc….Situaciones en que todo el mundo se puede sentir identificado sea o no homosexual.
Todo excelentemente rodado. Creo que mucha gente ha malinterpretado o directamente no ha entendido la película.
Para mí, obra maestra absoluta.
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Buenas!
Por si alguien quiere ver la película, está en RTVE a la carta.
https://www.rtve.es/alacarta/videos/somos-cine/vida-adele/5563749/
Un saludo.
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