Querido diario,

Nuestros artistas han promovido un apagón cultural en respuesta al nulo apoyo económico que ha prestado el gobierno a uno de los sectores más precarios de la pandemia (y de antes de la pandemia). Mientras tanto, en las casas, nunca se consumió tanta cultura.

Os confieso algo: lo único que he conseguido terminar desde que estoy confinada, es Cars. Por demás, mi nivel de concentración para el cine o las series ha bajado a mínimos históricos, aunque curiosamente, me sigue apeteciendo leer y escuchar música.

Siempre me gustaron esos cuestionarios que hacen en algunas entrevistas a famosos, donde les piden que escojan un libro, un disco y una película para llevar a una isla desierta. No creo que acabe en una isla desierta (aunque tampoco pensé que viviría una pandemia mundial), pero me divierte el juego de pensar con qué cosas me quedaría yo para un largo confinamiento en mi casa.

Si tuviera que escoger un libro, sería Olvidado Rey Gudú, de Ana María Matute. Razones: es un libro largo (600 y pico páginas), que tenemos mucho tiempo ocupar. Además, es un poco como las mil y una noches: es una historia de historias y se va abriendo de forma preciosa como las matrioshkas rusas desvelando sus otras muñecas secretas. Salen ondinas, trasgos, magos, reinos vikingos, guerreros de la estepa, princesas venidas de lugares que aún no existen, conquistas y reconquistas, amoríos, guerras y todo tipo de lances apasionantes descritos con una prosa espectacular que tampoco desdeña la reflexión sobre el olvido y el tiempo. Una novela ideal para salir mentalmente de tu casa y vivir más vidas que diez gatos y, mucho más interesantes.

Si tuviera que escoger un disco, sería Catch Bull at Four de Cat Stevens. Razones: contiene la delicada The Boy with a Moon & Star on his Head, una canción-fábula sobre el amor incondicional; también tiene reflexiones, como en Sitting; semblanzas misteriosas, como los de Ruins o temas absolutamente catárticos, como en I Can’t Keep It In. La historia del propio Cat Stevens es muy interesante. Hijo de un griego y una sueca, Cat triunfó como cantautor en los años 70, con sus suaves melodías folk y su constante búsqueda musical de un sentido más allá de la fama, el éxito, el dinero o las mujeres, todo ello reflejado en sus letras. Después de una experiencia cercana a la muerte, Cat cambió radicalmente de vida y se convirtió al Islam, abandonando su carrera de estrella musical y dedicándose a trabajar para Unicef en defensa de los derechos de la infancia. Todo un personaje. Si algún día queréis hacerme muy feliz, conseguid llevarme a algún concierto suyo.

Si tuviera que escoger una película, sin duda, elegiría The Fall, de Tarsem Sing. ¿Razones? No se me ocurre nada mejor que una historia rodada en 27 países para trascender las cuatro paredes que me contienen y empaparme de aire libre, exotismo, bellos palacios indios, paisajes alucinantes y todo ello rodado con una estética que convierte cada lugar en un puro espectáculo. La historia se desdobla en dos partes: por un lado, la realista, en la que el protagonista, un extra de cine herido en una escena de acción, le ofrece un cuento a una niña de su hospital para que le consiga morfina; y la parte de fantasía, que es la que pertenece al cuento en sí. Una historia bonita, tierna, visualmente bellísima y con un montaje final perfecto y emotivo.

Si tuviera que escoger una serie, escogería Little Dorrit, de BBC. Charles Dickens es Evasión con mayúsculas y esta versión de su novela homónima, protagonizada por Claire Foy, es una auténtica montaña rusa de sucesos inesperados, cliffhangers de todo tipo y giros infartantes, todo ello aliñado con un gran misterio y una historia de amor, además de unas ambientaciones muy logradas y un montón de vestuario precioso. ¿Qué más hace falta en esta vida?

Si me pidiesen un lema para ilustrar la necesidad de apoyar a muerte la cultura en éste y cualquier otro país, sería CULTURA ES CORDURA. Poder acudir a los libros, al cine, a la música, o cualquier otra piedra filosofal que transmute nuestra realidad en una manifestación artística, es un puñetero milagro.

Hoy he aplaudido por todos los artistas y por todas las personas que crean belleza. Sois, en estos momentos, nuestro puente sobre aguas turbulentas.

Nos vemos en los balcones.

Continuará…