Querido diario,
Hoy vengo a contar la noticia más deliciosa (en todos los sentidos) de los últimos meses. La crisis multiplica las ventas de dulces y Chocolates Valor sube el sueldo un 20% a los empleados. En esta extraña guerra que estamos librando contra lo invisible, no necesitamos armas: necesitamos chocolate. Sin duda, esto debe ser una señal de la evolución de la especie humana. Darwin estaría contento.
Con el paso del tiempo me pasa una cosa muy curiosa. El día en sí se me hace muy largo, pero si lo observo de semana en semana, se me ha pasado rapidísimo. Por lo que parece, estaremos confinado un par de meses en total. En realidad, no es mucho, aunque hay que reconocer que le estamos sacando todo el drama posible a la situación. A mí me fascina lo de enviarnos mensajes con los amigos para decirles la ilusión con la que ansiamos verlos y abrazarlos, que pareciera que fuésemos amantes rusos separados por la guerra en la época del Doctor Zhivago y no gente que se estaba yendo de copas hace mes y medio. ¡Cosas del apocalipsis!.
Y a propósito de los toqueteos entre congéneres: parece que tendremos que evitarlos durante un tiempo, y también esos dos besos preceptivos que son el buque insignia del efusivo saludo español, y una auténtica tortura para las personas que tenemos la desgracia de poseer un olfato más fino que un perro de la Brigada Antidrogas (podría haberme tocado un excelente oído o una vista de halcón, pero no). Si todo quedase en casa y entre amigos, allegados y seres queridos, sería fantástico, pero es que resulta que somos tan cariñosos que también tenemos que dárselos a personas que no conocemos de nada. Y por ahí ya no paso.
Después de toda una vida tratando de esquivar este tipo de saludo con todo tipo de añagazas y excusas (desde que tenía un catarro sumamente contagioso, hasta que había hecho un voto de castidad), resulta que ahora ya tengo la excusa perfecta para evitarlos, como mínimo, durante todo este año. Estoy que no quepo en mí de gozo.
Para goce, el de poder decirle a nuestros niños que pronto podrán darse un paseo con sus bicis y patinetes al aire libre. Es la última medida anunciada por el Gobierno, que además ha pedido perdón a los infantes por marearlos con el esto sí, esto no, esto me gusta, me lo como yo. Lo de pedir perdón al ciudadano medio no es que sea muy común por estos lares y en teoría debería significar que la nueva resolución es la buena y la que vale, pero aun con eso, no descartamos unos cuantos cambios bipolares más en el transcurso del fin de semana, sólo para darle emoción al asunto (y poder generar 1.000.000 de memes más).
Porque si algo hacemos muy bien en nuestra tierra, es poner al mal tiempo buena cara y nuestra especialidad es ese humor de supervivencia que, al contrario de lo que algunos creen, no desvaloriza las muertes, no rebaja la tragedia ni minusvalora las pérdidas. Es un humor, el que tenemos en estos tiempos, de me río por no llorar. Habrá tiempo para recordar a los que se fueron, habrá tiempo de vivir los duelos, de tomar consciencia de lo que ha sucedido, de enterrar a los muertos, pero mientras la incertidumbre nos rodee y el miedo arrecie, necesitamos el humor. Y el chocolate.
Hoy seguimos preparando nuestro proyecto de sábana reivindicativa, pero como suele pasar, los planes con niños de 3 años que implican manualidades, nunca salen exactamente como estaban planeados desde un inicio. Todavía no entiendo muy bien cómo hemos pasado de empezar a hacer un cartel protesta a realizar un castillo de cartón super barroco que ríete tú de la obra del Escorial, pero ese es el principal encanto de esta vida: que es imprevisible.
Imprevisible también el clima de esta primavera, que nos va regalando un día gris, un día de sol, con una alternancia tan salomónica, que parece hecha aposta por algún diosecillo juguetón con ganas de marcha.
Yo ya me voy a acostumbrando a casi todo, aunque espero que el día que nos toque salir por fin, sea como en las películas y salga un sol tan radiante como la mirada de un niño que el 27 de abril, pise por primera vez la calle.
Nos vemos en los balcones
Continuará…
Hola Cris! La verdad es que después de tantos días sola metida en casa ya empieza esto a pesar…
Deseando estoy que salgan los niños porque si hace unos días estaba diciendo que mis sobrinas se habían adaptado perfectamente a la situación, ya están que no soportan más estar en casa y con necesidad de respirar aire puro, pobrecitas mias!
En cuanto a los besos y abrazos, me considero una persona cariñosa, lo echo mucho de menos pero como tú dices, de manera selectiva, ahora a todo el mundo Nooooo pero sin duda lo que más he echado de menos ha sido el contacto humano, eso sí, me da que este año el tema ligoteo va a estar chungo… esperaremos a más adelante cuando todos vayamos con nuestra cartilla de vacunación COVID-19(en sueños) aún así, estoy bastante tranquila en el tema amor y también se está fenomenal…
Saco cosas positivas de ese confinamiento, será un paréntesis en mi vida en donde me he dado cuenta de muchas cosas, entre ellas el tipo de personas del que me gusta rodearme, las que me hacen reír, las que tienen energía… no puedo con la gente negativa y enfadada con el mundo…También he aprendido a hacer recetas, soy más consciente del valor del tiempo y del estrés de vida que llevo siempre y de que la gente que ya quería, ahora la quiero aún más y deseando estoy de verla.
Por último, respecto al sueño, no paro de soñar y soñar cosas raras, no tengo un sueño reparador, me afecta la cantidad de personas fallecidas y evidentemente no me deja de preocupar la situación, así que tengamos paciencia porque hasta que no haya una vacuna, nuestra vida no será normal del todo…
Un abrazo de Anita!
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Hola Ana!
Creo que seguiré el diario aun después de confinamiento, sólo para contar cómo va lo de ligar con mascarilla. Me parece un puntazo. El ser humano es muy de ser ingenioso cuando está muy limitado, así que estoy deseando verlo.
De todos modos ya sabes que lo que nos espera este verano es mucha reunión en casa de amigos: así que nos tocará ir ojeando gente con buenos chalets 😉
Y sí, esto va para largo. Saldremos, nos recontagiaremos, entraremos, saldremos…hasta que la cura o la selección natural dicten el final de la pandemia. Por suerte se salvarán muchas más vidas que antaño y eso que hemos ganado con respecto a otras epocas.
Deseando salir!!!!!
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Hola Cristina,
En esta etapa leo todos tus comentarios y este me ha encantado, no sé si es debido al momento, la situación o por el chocolate.
Muchas gracias y un abrazo,
Merche
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