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En estas fechas especiales, no sólo el espíritu de la Navidad vuelve para hacer de las suyas. Muchas veces nos encontramos, para nuestra sorpresa, con felicitaciones de personas que creíamos tachadas en la listas de nuestras vidas. Tras una ruptura reciente, es habitual que se aproveche la coyuntura  para tantear el terreno a través de una felicitación navideña.

Si te acaban de dejar y de repente te llega una felicitación de Navidad por parte de la persona que cesó la relación, lo habitual es que ese simple «Feliz Navidad» o «te deseo lo mejor», despierte en tí una catarata anímica en la que se mezcla la ansiedad, la esperanza, el miedo y el subidón del ego porque el otro se ha acordado de tí y quizás quiera volver.

Antes de lanzarse a contestar el sms, whatsapp o la llamada como si fuese la última cocacola en el desierto de la comunicación, conviene pegar un frenazo y pensar en frío. Contestar en pleno colocón emocional, suele ser motivo de arrepentimiento después. Ahora, cuenta hasta diez. Respira y relájate. Vuelve en tí. Y pregúntate lo siguiente:

– Si contesto ¿estaré preparado/a para una respuesta que no me vaya a gustar?

Si consideras estar preparado, fuerte y capaz de recibir cualquier respuesta (desde un «gracias, nos vemos» hasta que no te contesten más), adelante.

Si piensas que no podrías soportar algo que no fuese un «quiero volver contigo desesperadamente porque he descubierto que te quiero y quiero pasar el resto de mi vida contigo»: no contestes.

Algunas personas piensan que si reciben una felicitación y no responden, parecerán maleducados ante los ojos de la otra persona. En este caso, nuestra recuperación emocional es mucho más valiosa que lo que pueda pensar alguien que nos ha sacado de su vida y dicha recuperación pasa por no introducir el dedo en la llaga manteniendo una comunicación con la persona que nos generó esa herida.

Otras personas piensan que a lo mejor la ex pareja quiere volver y si no contestan, perderán su oportunidad. Es importante plantearse llegados a este punto, si el amor del otro es tan endeble que depende de una contestación de una simple felicitación navideña. Porque, si te han dejado y realmente se han arrepentido y desean volver a intentarlo, harán algo más que mandar un sms. Y si no lo hacen, no merece la pena.

Vamos a situarnos en el caso contrario. Eres tú quién ha dejado a una persona. Es Navidad, o fin de año, te remueve la conciencia o echas de menos a tu ex pareja y decides escribir un mensaje para tantear el terreno.  ¿Has pensado realmente en las consecuencias que puede tener enviar unas palabras de felicitación a una persona que todavía está superando una ruptura?

Si realmente sientes afecto, cariño o empatía por esa persona, no alimentes su dependencia o generes falsas esperanzas con un mensaje que realmente no necesitas enviar. ¿Qué le tienes cariño y te parece de poca educación no enviárselo? Piensa que el mejor gesto de educación es no molestar a esa persona que necesita recuperarse.

El período que transcurre tras una ruptura es similar al proceso de una enfermedad. Si la ruptura está reciente y tú eres la parte dolida, contactar con la otra persona es como tener anginas y salir a la calle en pleno invierno en bañador.  Si la Navidad remueve tus recuerdos y despierta tu añoranza, éste es un buen método para combatirlo: escribe una bonita carta a tu ex pareja donde le cuentes todo lo que sientes; rómpela en trocitos; y acto seguido, ponte un buen cava y brinda por el nuevo amor de tu vida: tú.

¡Feliz Navidad!