Si tú me dices ven, lo dejo todo…menos mi personaje.
Recuerdo una escena de hace un tiempo con una pareja. Yo le comentaba una situación que me generaba malestar y esperaba una respuesta comprensiva de su parte o al menos, que validase mis sentimientos. Sus palabras no fueron lo que yo hubiera deseado y me sentí frustada y dolida. Mi primer impulso fue adoptar el gesto de niña herida en busca de aprobación de la figura de autoridad, que es un rol aprendido en el que no obtengo lo que busco y que además me hace sentir aún peor.
Como en ese momento pude identificar que estaba a punto de meterme en ese personaje, decidí en cambio optar por una actitud resolutiva: le expliqué a mi pareja que mi sentir era legítimo y válido para mí y que me gustaría que aunque no lo comprendiese, lo respetase. Salir de un rol acostumbrado para tomar caminos en los que somos sujetos que toman acciones y decisiones sin depender de la actitud del otro, nos empodera. Inmediatamente y antes de recibir la nueva respuesta de mi pareja (que tampoco fue muy satisfactoria, la verdad XD), me sentí libre. Lo que esperaba de él, me lo había concedido yo.
Todos tendemos a desempeñar los mismos roles en pareja. Son roles que se complementan como dos bailarines inmersos en una delicada coreografía donde sólo ellos conocen la sucesión de los pasos. Por si todavía os suena a chino, aquí tenéis lo que son los roles más comunes. A pesar de su denominación, los géneros son intercambiables.
- La Víctima y el Protector: la Víctima adopta una actitud débil, sumisa, sempiternamente dolida por ofensas reales o imaginarias, muy dependiente del Protector, que se siente responsable del cuidado y supervivencia de su pareja y al mismo tiempo experimenta culpa y necesidad de huir.
- El Desastre y Don Virtudes: el Desastre aparentemente no cumple con sus funciones de la manera esperada, es caótico, tiene alguna adicción o descuida su salud, mientras que Don Virtudes vive entrado en corregir, ayudar, salvar y redimir al Desastre.
- El Conductor y el Pasajero: el Conductor vive por y para la relación. Es quien, como se dice habitualmente, tira del carro. El Pasajero se puede decir que se deja querer.
- El Proveedor y el Sufridor: habitual en parejas tradicionales. El Proveedor se identifica con lo material, vive para conseguir una serie de cosas que implican seguridad, pero descuida el sostén emocional de la relación y la familia. El Sufridor se siente poco valorado y abandonado. Ambos se sienten absolutamente incomprendidos por el otro, pero atados por la necesidad de mantener una estructura reconocible que les brinde estabilidad.
- El John Wayne/el Sensible: el John Wayne tiene escasa expresión emocional. Personalidades más ordenadas y rutinarias, no demostrativas, que muestran incomprensión ante la manifestación de emociones del compañero: el Sensible llora, se cabrea, se frusta, no entiende…Parejas que parecen provenir de planetas distintos y a las que les cuesta cultivar un terreno común.
- El Controlador y el Controlado: el Controlador vive enfocado en retener la relación de pareja a toda costa. Reacciona mal ante los cambios o novedades relativos a su pareja, mostrando inseguridad, ira, rechazo y miedo. El Controlado adopta estrategias de evitación o se anula para evitar conflictos, pero acaba somatizando, con depresión o con arranques de ira.
Existen otros roles en pareja menos habituales, que son precisamente mucho más sanos que los anteriores (por eso no son habituales).
Es posible que ya hayáis identificado roles que os resuenen de vuestras propias relaciones.
Lo más importante que necesitamos aprender acerca de los roles, es que nosotros DESEMPEÑAMOS roles, pero no SOMOS roles. Identificar todo nuestro ser con un personaje es altamente peligroso.
Aunque yo pueda desempeñar en algún momento el rol de Víctima de Controlador, de Sufridor o de Don Virtudes , debo ser consciente de que es un personaje, no mi persona. Yo estoy adoptando un papel condicionada por mis vivencias o carencias y por las estrategias que he ido identificando de forma inconsciente como útiles o beneficiosas, pero es posible que dichas estrategias no funcionen siempre o no siempre vayan a darme un refuerzo positivo tal y como yo espero.
Si soy capaz de identificar un rol cuando estoy entrando a escena, soy capaz de cambiarlo.
Un rol en sí mismo no es algo negativo o positivo. Se convierte en algo destructivo cuando nos quedamos tan atrapados en el personaje que no podemos salir de él. El problema no es que tú a veces tires del carro de la relación o que yo tenga un momento de inseguridad donde pueda mostrarme algo controladora, el problema es que la relación dependa únicamente de tus esfuerzos o que yo no te deje ni respirar porque mi miedo está por encima de lo que pueda quererte.
Los roles son constructivos cuando pueden intercambiarse, flexibilizarse, cuando nos sirven también como referente para conocernos a nosotros mismos, cuando se convierten en herramienta de crecimiento para la pareja. Resulta muy gratificante cuando logramos identificar ese justo momento en el que entramos a vestirnos de nuestro personaje habitual. Y todavía más gratificante cuando somos capaces de salirnos del rol en ese instante y probar otras alternativas.
El mayor reto a la hora de examinar y cambiar los roles, lo encontramos en las parejas muy larga duración. Evidentemente, interpretar el mismo papel, en el mismo teatro y con el mismo compañero durante años crea una dinámica muy establecida y sobrealimentada que muchas veces sólo consigue desentrañarse a través de grandes crisis . No obstante, en éstas y en todas las parejas, identificar roles y saber salirse de ellos es un ejercicio altamente beneficioso. Si sólo lo hace un miembro de la pareja, aun así revertirá en la dinámica de ambos; y si lo hacen los dos, descubrirán que su relación es mucho más rica y equilibrada cuando cuando nadie está atado a un solo personaje.
Os animo estos días a jugar a adoptar otros roles, no sólo en pareja, sino con vuestras familias, amigos y compañeros: moveréis neuronas a tope, cambiaréis de perspectiva en algunos casos y os garantizo que os resultará curioso y gratificante en muchos otros.
Sobre todo recordad: no sois los personajes que desempeñáis. Sois mucho, mucho más que eso.
Salud y muy feliz semana.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
Ni abismos.
(Mario Benedetti)
Yo añadiría el que da amor y el que se deja querer. Y dentro de este último rol estarían las personas que actúan así por pura comodidad y/o los dependientes emocionales que necesitan recibir amor y muchas veces no saben amar, no
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Mi ex representaba conmigo el rol de tipo duro que no es capaz de decir te quiero porque, segun el, no hace falta hablar para expresar sentomientos. Sirmpre detras de el para mendigar un beso o un abrazo, pero como seguia conmigo pense que era su forma de ser….hasta que le pille unos mensajes a una mujer a la que llamaba Julieta y le decia cosas como que pensaba en ella, que le quedaba buen la ropa, que sus mensajes eran lindos….en fin, todo un Cirano. Ahora se que el papel que interpretamos con nuestras parejas puede cambiar dependiendo de la otra persona y el momento que se viva.
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Hola cristina.
He leído tu blog y me parece espectacular y en estos momentos necesito tu ayuda.
Hace aproximadamente 6 días explote emocionalmente hablando desde entonces me he sentido inseguro e indeciso y con una mezcla de sentimientos poco convencionales.
Durante dos días mí pareja desapareció, al principio no me alarme, pero a medida que trascurría el tiempo más me preocupaba y más la buscaba, realmente no sabía lo que pasaba. Hablamos luego por celular y yo realmente estaba enojado ya que me parece una falta de respeto y no comparto lo que ella hizo. Luego ella me explico que esos dos días los había tomado para ella, que realmente se sentía muy frustrada consigo misma ya que pasa por momentos difíciles, yo la entiendo, pero ¿por qué no me dejo un pequeño mensaje? así yo le daría su espacio sin problemas.
Durante los días que ella desapareció me di cuenta de que soy emocionalmente dependiente y que tengo que mejorar mi parte emocional, al ver esto le pedí un tiempo para aclarar mi mente.Ahora estoy en duda, me debato entre seguir con ella o terminar de una vez por todas.
Ella tiene cualidades que son importantes para mí en una pareja y compartimos metas, valores y perspectivas sobre la vida. Pero también ella ha estado con muchos hombres y ha consumido muchas drogas, ella quería cambiar su vida y vio en mi la persona que le ayudaría con ese cambio. Cuando la conocí yo llevaba 6 meses sin consumir cannabis, entonces ambos queríamos lo mismo, nada de drogas.
Pero por el lado del sexo es diferente, me pesa mucho que ella se haya tenido sexo con tantas personas y eso me lleva a no tenerle confianza pese a que no me ha dado motivos para desconfiar y por el contrario la veo muy entregada a la relación y que en verdad me ama.
Por mi parte he estado con pocas mujeres ya que desperdicie tres años solo fumando cannabis y últimamente le resulto muy llamativo a las mujeres y me desenvuelvo bien con ellas.
Sé que lo primero que hay que hacer es trabajar en mi parte emocional y darme lo que necesito para estar satisfecho sin la necesidad de estar con alguien.
Pese a que ha cometido errores es una buena pareja y no quiero perder una buena persona, que realmente me ama y quiere estar conmigo por inseguridades sin sentido.
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Hola Juan José,
Pues piénsatelo buen, porque una pareja que desaparece de repente son dar explicaciones, esconde algo y si me dices que hasta hace poco tenía una adicción a las drogas, es un síntoma claro de que sigue teniéndola.
Cuidado con adoptar el rol de Jesucristo Salvador de mujeres descarriadas.
Abrazos
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Buenos días, Cristina!
En primer lugar quería felicitarte por el tiempo que dedicas a ayudar a la gente con tus entradas y comentarios. Haces un trabajo impagable 😊.
Estoy en una situación un tanto rara, hace 8 meses empecé a hablar con una chica y hace 4 comenzamos a mantener relaciones íntimas.
Todo iba genial, puesto que, a pesar de que ambos estamos estudiando (estudio que hace que nuestro tiempo sea limitado o nulo. Pero aún así no lo llevábamos mal). El problema fue que hace cosa como de un mes, empezó a poner barreras por doquier. No «podemos» hablar de los estudios, no nos podemos decir cosas bonitas (entiéndase ser un poco más cariñosos de lo normal), cada vez nos vemos menos, ya no hay ningún pensamiento de futuro (ni se te ocurra mencionar nada sobre tener algo de futuro común), etc. Sin embargo, hasta que empezó todo esto, la situación no era esa, incluso llegamos a hablar de que nos gustaría tener una relación en un futuro.
A día de hoy, tengo la sensación de que si no soy yo el que tira del carro, nadie tira. Y que si tiro, me encuentro con constantes limitaciones.
Creo que sé que es lo correcto (una vez que lo hemos hablado, como ha sido el caso. Llegando a la conclusión de que somos «amigos» y que pase lo que tenga que pasar), pero me encantaría tener otra opinión.
Muchas gracias por todo
Un saludo
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Hola Límite,
Cuando pasas de ser una prioridad a irte transformando lentamente en una opción, es tiempo de tomar consciencia de que nuestro tiempo y sentimientos valen algo más que merece darse y expresarse libremente, y ser correspondido.
Si tienes sentimientos, no te recomiendo pero nada mantener una follamistad, y si te da igual y con el sexo ya va bien…pues ancha es Castilla. Ten en cuenta que las cosas que van de más a menos ya no van a ir de menos a más. Es un proceso de una sola dirección.
Abrazos
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