Querido diario,
Parece mentira, pero dentro de tres días, podremos celebrar nuestro primer mes oficial de confinamiento. 30 días justitos.
Hoy me despierto con ganas de saber qué corre por el mundo y me entero de que hay un meteorito tremendo acercándose a la Tierra con ganas de gresca; también ojeo como vamos de coronavirus y además me encuentro con la que sin duda es la noticia más bonita de la semana: los trabajadores de una residencia se han confinado junto a sus ancianos para protegerlos de la epidemia. Un gesto casi numantino en un momento en el que parece primar más el sálvase quién pueda. Esta personas llevan un mes alejadas de sus familias, de sus hijos, de sus casas, para proteger las vidas más maltratadas y olvidadas de la pandemia.
Escojo esta noticia para arrancar la mañana de nuestro día 27, que ofrece un sol muy tímido tratando de emerger entre nubes cargadas de lluvia. Como la esperanza.
Y ahora tengo que hacer una confesión.
No puedo con el Resistiré. No lo resisto, vaya. Es superior a mí. Ni en su versión original, ni en sus diez mil versiones cuarenteniles lo soporto. Cierto que habría podido ser peor. Habría podido ser Paquito el Chocolatero, que es super español, pero por suerte no tenía letra.
Eso sí. Apoyo contundentemente que existan canciones que motiven, animen y alegren al personal, aunque no me gusten.
Además, si me hubieran dejado a mí elegir un tema para ilustrar esta lucha, seguramente habría tardado tanto tiempo y dado tantas vueltas (aprovechando para revisar toda mi discografía ya que el Pisuerga pasa por Valladolid), que cuando lo tuviese, ya se habría acabado el coronavirus y quizás el mundo. Así que Resistiré es bien, como también podría ser el socorrido I will survive de Gloria Gaynor o el Libre de Nino Bravo o el Volare de los italianos. Me encantaría compilar todas las canciones que se hayan elegido en los balcones de cada país, y montar un Coronavisión con modelitos horteras y sus ten points for Spain incluidos.
Porque qué importante es la música. La música, cualquiera que sea, está siendo un 30% de nuestra cordura en este encierro. Otro 50% es el contacto, real o virtual, con otros seres humanos y lo demás, se reparte entre los memes absurdos y las torrijas.
Y ya que hablamos de torrijas. Estamos en Semana Santa, aunque no se note mucho, y las redes sociales se llenan de altas cotas de deliciosismo (por si no fuera bastante con la invasión de bizcochos de las semanas anteriores). En casa ya tenemos torrijas, que para los que no las conozcáis, son como unas rebanadas de pan remojadas en una leche dulce y fritas con mucho azúcar o miel por encima. Una auténtica bomba, que impone el primer dilema empalagoso de la temporada de confinamiento: ¿cómo diablos voy a quemar todas estas calorías si no salgo de casa? ¿Renuncio a las torrijas, no engordo, pero me deprimo?
Tengo la respuesta a este conflicto interno: cómetelas ya. Si no te las comes, te sentirás más triste y entonces tendrás más ganas de dulce y luego te comerás el doble. No falla.
Os cuento que ayer lo pasamos muy bien el niño y yo, porque convocaron una reunión virtual con toda la clase del colegio. Fue una sorpresa para la profesora, que habló uno por uno con los 20 alborotos de 3 años que estaban conectados, desesperados por enseñarle todos los juguetes que tenían en casa. Muchas caritas entusiastas y muchos besos online rubricaron la inmensa ternura del multiencuentro; y experimenté la consciencia, una vez más, de estar viviendo momentos únicos e irrepetibles en la historia de nuestras vidas.
No sólo el pasar una pandemia y un confinamiento; sino el redescubrir nuestras mejores energías en unos tiempos en los que el amor debería primar por encima de todo.
Hoy quiero aplaudir por estos trabajadores de la residencia navarra; y por todos aquellos que hayan permanecido al lado de los más frágiles para demostrar que el ser humano es algo más que un mero instinto de supervivencia.
Sois grandes.
Nos vemos en los balcones.
Continuará…
Hola Cris! Totalmente de acuerdo con el “Resistiré”, yo he tenido noches que mientras dormía, la cancioncita daba vueltas por mi cabeza…pesadilla maxima!
Me parece muy buena idea “Coronavision” con sus “ten points” 🤣🤣🤣 y así podemos callar un poquito al Duo dinámico 😆.
Y si, ya llevamos casi 30 días… parece mentira y sin ser negativa creo que aún nos queda, yo a veces veo luz y a veces muchas sombras… hasta que volvamos a una normalidad va a pasar mucho mucho tiempo pero ahora lo importante es que no fallezca tanta gente que yo cada vez que veo las cifras se me cae el alma a los pies y sinceramente me da mucha penita todos los ancianos especialmente los de las residencias..por eso también mi enhorabuena a la Residencia de Navarra!
Bueno y ahora me dispongo un día mas a ver una serie de Neflixt para sobrellevar las tardes de confinamiento, por cierto, recomiendo encarecidamente “La casa de papel” soy fan N1, te ayuda a desconectar de TODO!
Un abrazo y nos vemos en los balcones!
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