
El que ha naufragado tiembla incluso ante las olas tranquilas (Ovidio)
¿Estar con alguien te hace sentir ansioso, anticipar todo tipo de males o vivir en un constante miedo a perderlo? Los miedos relativos al amor son cada vez más comunes en un entorno en la mayoría de las personas han conocido rupturas, relaciones tormentosas, abandonos traumáticos, infidelidades o fracasos sentimentales dolorosos e inesperados. Algunos de estos miedos son miedos temporales, por experiencias demasiado recientes; pero otros, son miedos que a falta de resolución, acaban cronificándose y promoviendo situaciones que se repiten una y otra vez.
El miedo no es una enfermedad, a pesar de que a menudo lo tratemos como tal. Como no es una enfermedad, no tiene cura. El miedo es una emoción básica relacionada con la supervivencia: nos avisa de un peligro.
Toda relación que iniciemos contiene la posibilidad del dolor y la pérdida. Si nosotros experimentamos un miedo persistente cuando iniciamos una relación, este miedo nos está diciendo que no tenemos (o no creemos tener) las herramientas emocionales adecuadas para lidiar con otra pérdida u otro dolor. Así de sencillo.
Cuando empezamos algo con miedo, las preguntas vienen en tropel:
¿Y si me hace lo mismo que me hizo mi ex?
¿Debería dejar esta relación?
¿Y si me hace daño?
¿Y si le hago daño?
Es normal, bueno y positivo hacerse preguntas. El problema es cuando las preguntas se convierten en un bucle obsesivo sin posibilidad de respuestas, que suele ser el caso.
¿Cuáles son los miedos más comunes al iniciar una relación y cómo reaccionamos a ellos?
1- Miedo a enamorarse: el miedo a enamorarse resulta en conductas de evitación. Un día estamos muy bien, y otro día querríamos salir corriendo a la Patagonia a fotografiar pingüinos. Alejamientos, acercamientos, ahora sí, ahora no, ahora no sé, y lógicamente esa relación se va minando hasta que termina y nos encontramos jodidos porque no la hemos disfrutado y estamos sufriendo igual que si nos hubiéramos enamorado del todo, pero aún peor porque nos sentimos culpables.
SOLUCIÓN: No empezar ninguna relación. Si ya estamos metidos en faena, tomar consciencia, como de costumbre. Tengo miedo y este miedo me va a a impedir disfrutar de mi relación. ¿Tiene sentido que siga adelante con una relación de la que no disfruto para evitar sufrir?
2- Miedo al compromiso: otro clásico en nuestra lista de miedos sentimentales. El compromiso, al contrario de lo que se suele creer, no implica exactamente casarse o tener hijos. Hay personas que están casadas y tienen hijos y no están mínimamente comprometidas con su vida o su relación. El miedo al compromiso está vinculado al miedo a decir no, a poner límites: acarrea una experiencia pasada en la que nos sentimos atrapados por el deseo, el amor o la necesidad emocional de otra persona.
SOLUCIÓN: Practica el arte de decir no. Practica límites. Aprender a decir lo que te gusta y lo que no te gusta. Hazlo con tu pareja, con tus amigos, con tus familiares o con tus compañeros de trabajo. Ningún compromiso sano puede ejercerse desde la falta de libertad personal.
3- Miedo a ser amado: proviene de una experiencia de abandono. Cuando no se puede resolver la experiencia de abandono, la reproducimos de forma inconsciente, estableciendo un vínculo distante en el que finalmente, se pierde la intimidad, la conexión y todo eso que nos da un miedo que te cagas. Abandonamos para no ser abandonados y a ese abandono lo vestimos bonito y le llamamos libertad, como al barco de José Luis Perales.
SOLUCIÓN: Sé libre. De verdad. Haz lo que quieras. Prueba de todas las copas, sin apurar ninguna. Adopta la vida que crees que necesitas vivir ahora mismo. No seas algo que no eres o que no sientes. Be water, my friend.
4- Miedo a la pérdida: proviene de una experiencia de duelo no resuelto. No significa que sigas sufriendo por esa pérdida o que sigas amando a aquella persona, pero no has asimilado que los vínculos son flexibles y que si los seres humanos nos morimos, aún con más razón, nos desenamoramos. En términos informáticos: has instalado programas nuevos, pero no has actualizado el sistema operativo.
SOLUCIÓN: Seguir trabajando en estos conceptos, día a día. Podemos perder a las personas que queremos. Es normal que esto nos produzca miedo. Entender que en la vida todo fluye y nada permanece, no implica que haya que dejar de amar a nuestros seres queridos, porque total, ¿pa qué?, ¡si se van a morir o nos van a dejar!. El más delicado aprendizaje de la vida es entender que el miedo a la pérdida puede ir de la mano con la capacidad de vivir plenamente cualquier vínculo. Si entendiste esto, entendiste casi todo.
5- Miedo al engaño: terminar relaciones ante la aparición de un tercero o sufrir infidelidades son situaciones muy comunes, pero pueden resultar muy traumáticas. El miedo al engaño en una nueva relación a menudo deriva en comportamientos insoportables de control, inseguridad y celos. No sólo se sufre por estos comportamientos, sino también por la consciencia de no poder evitarlos y ser consciente de estar deteriorando la nueva relación.
SOLUCIÓN: No podemos evitar que nos engañen, ni podemos borrar el engaño que hayamos vivido. Lo único que está en nuestra mano es la lectura que hagamos de la situación. Si es una lectura extremista y rígida, sufriremos mucho más. La empatía, escuchar y ponerse en el lugar de otros, es altamente terapeútico en este caso. Hace tiempo vi un caso de una persona que había sufrido una dolorosa infidelidad. La relación había terminado, pero ella se quedó durante años dando vueltas a esa situación, incapaz de asimilarla o aceptarla, hasta que empezó una nueva relación con otra pareja. Al tiempo, fue ella misma quien se enamoró de otra persona. Bastó esa experiencia para entender por fin lo que había sucedido en la otra relación. ¿Qué es un engaño? A menudo, el producto de un autoengaño.
El tiempo de soledad y reflexión que siempre recomendamos tras una mala experiencia, es una inversión en salud mental a la que todos deberíais daros derecho en algún momento de vuestras vidas.
Pero muchas veces tenemos anhelos y sueños, conocemos personas interesantes y sentimos conexiones especiales e inesperadas que nos abocan a experiencias para las que muchas veces, no estamos preparados. Muchas veces el amor nos llama y lo seguimos, como en aquel poema de Khalil Gibran. Y como queremos estar preparados a toda costa para vivir esa experiencia, en muchas ocasiones, nos negamos el miedo.
Hay que aceptar el miedo con el mismo talante con el que se acepte cualquier otra eventualidad de esta vida tan ying y tan yang. Está ahí, a veces da mucho por saco, otras veces nos lleva a creer que perdemos oportunidades irrepetibles y siempre, siempre, sirve para algo.
Todos tenemos miedo a algo: a sufrir, a enfermar gravemente, a morir, a crecer… Muchas veces hacemos cosas con miedo. Evidentemente no es lo ideal, pero de momento, lo ideal sólo existe en el mundo de las ideas.
Ni el miedo, ni la duda, ni la inseguridad nos hace débiles, incapacitados o indignos de amor.
Nos hace personas.
Si el miedo está presente en este momento de tu vida, te invito a entrar en él como en las reuniones de Alcohólicos Anónimos.
Me llamo X, y tengo miedo.
Hola X. Te queremos.
jajajaj eres muy buena. Has tardado en aparecer
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Y tú has tardado en encontrarme 😉
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Buenísimo final Cristina. Me encanta cómo escribes. Siempre me sacas una sonrisa
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Si un aprendizaje no se disfruta, no se aprende 😉
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Tremendo. Nunca he creido en casualidades, o en la magia. Pero esta entrada va de la mano a una sitaución que vivo actualmente.
He empezado con una chica hace unos 4 meses, y es genial. Mucha confianza, si hay algo que nos ralla lo hablamos, en los malos momentos que hemos tenido hemos estado allí para el otro y así.
Pero me he dado cuenta de que mi voz de la inseguridad sigue allí, de que cuando me habló de un ex-rollo de la cual se enamoró y decidió cortar por su salud mental (distancia) pero siempre fueron amigos desde pequeños y sigue habiendo esa amistad, inclusive ahora que ambos se han echado pareja. Y confío en mi pareja, pero mi cabeza me dice que donde hay cenizas… ya sabemos. Y que aunque confíe en mi pareja, no confío en la otra persona debido a que no la conozco, a que si han estado enrollados varios veranos, porque no pasaría ahora?
Pero intento pensar, intento vivir en el hoy y no en no-existentes realidades ficticias. Intento no hacer caso a la voz de la inseguridad, porque son fruto de mi inseguridad interior por perderla. Y no es que me calle las cosas, es que sé que no es real. Dejarme llevar por impulsos sé de primera mano que es nocivo para mí y ambos, que ella me demuestra lo mucho que me quiere día a día y he de confiar en ello, en el ahora, en el hoy.
Y de que es hora de ser feliz, aunque hayan cosas que me den miedo como lo esmentado antes, creo que es imposible controlarlo todo. Porque al final, pese a estar juntos, ambos tenemos nuestras vidas individuales, amigos, familia… Por eso intento meditar para volverme más fuerte y seguro.
Aunque es difícil.
Siento el tocho, creo que necesito comunicárselo a alguien para que me dé su punto de vista.
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Hola Alex,
La cura para el miedo a la pérdida es aceptar que la vida está compuesta de pérdidas, esto por un lado, es decir, ponerte en el «peor escenario posible» e imaginarte simplemente cómo harías para salir de ese bache, cuáles son tus recursos y recordar que eres capaz de estar bien y ser feliz con esa persona y sin esa persona.
Ciertamente la situación que cuentas es normal que genere algo de inseguridad y la inseguridad se rebate con confianza y sobre todo siendo consciente de que tu pareja no te pertenece. Si este chico quiere algo de nuevo con ella y ella regresa con él, esto implicaría que no está enamorada de ti y si no está enamorada de ti ¿para qué quieres tú estar con ella?
Ante el miedo, mucha racionalización. Y seguir cuidando todo el resto de las parcelas además de la amorosa.
Abrazos
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Muchas gracias por tu respuesta, Cristina.
Estuvimos hablándolo anoche, es una de las cualidades que tenemos, que hay comunicación sin ningún miedo, y con mucho tacto y respeto. Ayer durante el día medité y recordé que fue ella quien me dijo que hablaron, y entonces pienso… no es eso un signo de confianza ya que no esconde absolutamente nada? Anoche, mientras hablábamos, se ofreció a enseñarme la conversación si aún sentía algún ápice de inseguridad, que ella lo entendía. Ese momento me hizo darme cuenta de muchas cosas, y obviamente le dije que esa barrera no la cruzaría, ya que sería invadir su privacidad.Y me hizo entender que vale la pena.
Muchas gracias Cristina!
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Hola Alex,
Es bueno que no decidieras cruzar esa barrera, porque una vez que se hace, ya no hay vuelta atrás.
Ama, disfruta, fluye, habla…es cuestión de vivir las cosas y aprenderlas.
Abrazos
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Lo llamamos Libertad, como el barco de Jose Luis Perales, buenísimo jajajajajaja
Tremendo post. Gracias
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Así con esas referencias creo que no voy a atraer al público adolescente…XD
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¡Qué bueno Cristina!
Gracias una vez más por tanta luz.
Abrazos fuertes desde Barcelona.
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Un abrazo, preciosa 😉
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Frase genial de Cris:
«El más delicado aprendizaje de la vida es entender que el miedo a la pérdida puede ir de la mano con la capacidad de vivir plenamente cualquier vínculo. Si entendiste esto, entendiste casi todo. »
Hola guapisma, ya echa de menos leerte !!, espero que sigas bien y te hayas quedado a gusto escribiendo esta entrada, te he notado chisposa.. 🙂 y en tus comentarios más. Yo me he quedado con esta frase, me ha llegado .. y entender la entiendo..pero poder llevarla a cabo es otra tarea. Es muy dificil quitar ese miedo o angustia, si todo va bien ni piensas en ello, pero cuando no van bien las cosas se te quitan las ganas de «vivir plenamente..» es imposible. Un gran abrazo. J
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Jajajajaja, Jesús, muchas gracias! Sí, me ha inspirado mucho este texto, porque yo también he pasado por ahí, es un tema muy familiar para mí.
Abrazos!
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Buenos días,
Cristina como siempre apareces cuando te necesito, y creo que a todos nos pasa igual 😉
Personalmente he salido de una relación bastante dura, donde existían los malos tratos. Tu ya me conoces y sabes que ha sido un paso gigante el haberme ido por patas de allí …
Ahora he conocido a alguien (y me temo que no lo he conocido sino que lo he buscado), cuando en el fondo no estoy preparada, ni yo ni el otro.
Me apunto al «miedo a enamorarme» y si no lo estoy disfrutando y me está generando más sufrimiento que otra cosa, es que algo no va bien, y no es lo que necesito
Yo ahora lo que más deseo es tranquilidad, mucha tranquilidad.
Por tanto, hemos hablado y hemos decido poner distancia. Lo que vendrá ya se verá. Esta historia va de mi, y tengo ganas de conectar conmigo, enamorarme de mi y conseguir no tener que necesitar una relación para sentirme bien. Así que empezamos con la huelga afectiva. 😉
Un abrazo a todos esos viajeros en este camino del autoconocimiento.
Besos enormes para ti Cristina
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Hola Eli,
No es nada fácil distanciarse de una persona que en un momento como éste, te puede estar dando cariño y cercanía humana, pero está claro que por el camino de depender de mediocridades, no vamos ni a lo de amar, ni a lo de amarnos.
Es una decisión valiente donde tú dices: quiero lo mejor para mí.
Y eso te dará espacio para ser la persona con la que quieres estar (en todos los sentidos).
Abrazos!
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Cristina, saludos desde Colombia. Como siempre un texto único, claro como el agua, y que te lleva, «sin miedo», a ser un tanto más sabio en esto del amor, tus emociones, la realidad… Además que te diviertes mucho con uno que otros de tus ejemplos 😁😁. Para mí, leerte desde hace más de 2 años, ha sido la mejor de las terapias. Bendiciones. Gracias.
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Luego de leer esta nueva publicación, quisiera preguntarte algo ¿hay alguno de tus artículos (de los que escribiste hace ya algunos años), que lo hayas leído nuevamente y digas: en este punto, hoy, diría algo distinto o modificaría esto o aquello, etc? Lo digo porque las personas, o al menos a mí me ha ocurrido, podemos cambiar de opinión sobre un tema a partir de nuestras nuevas experiencias.
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Hola LAR,
Como son muchos articulos, no ke acuerdo exactamente de cuales serían, pero sí, he cambiado de opinión en algunas cosas a través de otras experiencias y aprendizajes. Lo que hago algunas veces es volver a escribir sobre un tema anterior pero con un enfoque distinto.
Abrazos!
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